La economía china vuelve a mostrar signos de fortalecimiento en medio de una guerra comercial con Estados Unidos que, día a día, refleja mayores signos de enfrentamiento entre las dos potencias económicas mundiales.
Durante el mes de julio las exportaciones en China han vuelto a crecer de manera inesperada, impulsadas en su mayor parte, por un aumento de la demanda global.
Las transacciones chinas hacia el exterior crecieron un 3,3% más con respecto a 2018. Este aumento de las exportaciones ha sido el más rápido registrado desde el pasado mes de marzo y ha superado las estimaciones que lo calculaban en torno al 2% tras la caída registrada en junio del 1,3%.
Por su parte, las importaciones se mantienen a la baja con una caída del 5,6% debido a una bajada de la demanda interna incrementada por las dificultades inherentes a la economía china.
No obstante, con la intensificación de la guerra comercial de fondo el aumento de las exportaciones del gigante asiático recae sobre la creciente demanda proveniente de Europa, Corea del Sur, Taiwán y los países del sudeste asiático.
El gobierno Chino atribuye esta subida a la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda impulsada por el ejecutivo del gigante asiático y que trata de unir los mercados de Asia Central con el Sudeste Asiático, Oriente Medio y Europa.
Al contrapunto cabe fijarse en la comparativa interanual de las exportaciones chinas a Estados Unidos en julio ya que han caído cerca del 7% a la par con el hundimiento de las importaciones que se han dejado un 19,1%.
El presidente del Estados Unidos, Donald Trump sigue amenazando a China con imponer nuevos aranceles si el Banco Central Chino (PBOC) pierde el control de su política monetaria y ha llegado a acusarlos de “manipuladores”.
Tras las controversias suscitadas por el yuan en las últimas jornadas y las gravísimas consecuencias que ha tenido para los mercados financieros de todo el mundo, la divisa china se ha estabilizado e incluso ha registrado subidas del 0,3% tras haber establecido el PBOC la tasa de referencia en 7,0039 yuanes por dólar.
Joaquín Robles, analista de XTB apunta a que esta nueva tasa de referencia establecida por el PBOC trata de “estabilizar la divisa y aliviar las tensiones del mercado”.
Robles insiste en que el mercado de divisas actual es mucho más complejo que el que se podría encontrar hace unos meses con los bancos centrales poniendo el foco en la creación de estímulo.
Sin embargo, y con la incertidumbre dibujada en el horizonte, Robles asegura que la moneda predominante sigue siendo el dólar. “Es la divisa que más potencial tiene” asevera.
Valentín Marinov, jefe de investigación y estrategia de G10 FX de Credit Agricole apunta a una caída del yuan hasta los 7,50 por dólar a largo plazo, aunque en el corto se espera ver un tipo de cambio en torno al 7,30 yuanes por dólar.
Marinov asegura que el Banco Popular de China puede llegar a sentirse más cómodo con la debilidad de su divisa debido a que el factor que pudiera contener cualquier depreciación adicional es una estabilidad financiera que, a día de hoy, no está asegurada en plena escalada de las tensiones comerciales.