La elección de Joe Biden como presidente de EE. UU. abre la puerta a grandes cambios y, entre ellos, la guerra comercial con China. "Joe Biden ha dicho que hay que ser muy duros con China, pero la estrategia será un poco más sofisticada que la que ha seguido Trump", explica Carlota García Encina, investigadora principal de EE. UU. del Real Instituto Elcano.
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Aunque García Encina asegura que Biden "debe ser también duro domésticamente" ante la pandemia y la recuperación económica, el futuro presidente no va a ser laxo en política exterior. "Habrá líneas rojas en tema de valores, derechos humanos... algo que molesta mucho a Pekín", señala García, pero en cualquier caso, Biden quiere "hablar y sentarse a negociar" con el gigante asiático.
"Con Biden no va a ser tanto una guerra comercial, sino que se va a ampliar al tema tecnológico, digital... y no de forma tan agresiva como con el anterior presidente", detalla García Encina. Además, ha recordado que él mismo Biden aseguró en marzo que "con China hay que ser duros".
El paquete de estímulos, bloqueado por la polarización
La preocupante situación económica y sanitaria que vive Estados Unidos marca retos difíciles para el presidente electo, Joe Biden. "El impacto de la economía ha venido agravado por la falta de ayudas del gobierno que se viene esperando desde verano", explica Encina.
El Congreso está en manos de los republicanos y el Senado, del lado de los demócratas. Esta división se suma a la polarización política que se vive fuera de las instituciones estadounidenses, lo que ha conducido a un enfrentamiento que les hace "incapaces de acordar estímulos", señala la analista.
Aunque el desempleo durante el verano cayó, ahora se sitúa en torno al 7%y ha aumentado en las últimas semanas. Según la Agencia de Calificación Moody's, si no se pone en marcha el paquete de estímulos pronto, la economía de Estados Unidos podría caer durante el I y el II trimestre de 2021 y el desempleo podría volver a escalar hasta el 10%.
No obstante, para García Encina es posible que antes de enero Trump acuerde el lanzamiento de ese paquete para "dejar buen sabor de boca". Lo que está claro, señala, es que este plan de estímulos es "la prioridad número uno" del futuro ocupante de la Casa Blanca.