Estamos contentos con la acción rápida y ágil que se llevó a cabo con el Popular. Desde mi punto de vista, esto elimina una fuente de incertidumbre en el sistema bancario español y los mercados financieros de la zona euro. Además no vemos contagios ni impactos y todo eso son buenos signos gracias a esa acción ágil.
En cuanto al sector financiero en general, el FMI reconoce que las reformas emprendidas a partir de 2012 han dado sus frutos y que gracias a ello ahora España goza de un sistema bancario más fuerte y racionalizado. Sin embargo, la sombra de la crisis es alargada y algunas entidades todavía mantienen niveles elevados de activos tóxicos y dudosos. Por ello, el FMI señala tres prioridades a corto plazo: atajar las debilidades y los legados de la crisis, prepararse ante posibles turbulencias que amenacen la estabilidad financiera y fortalecer y modernizar el marco institucional.
El FMI además ha revisado el PIB al alza: señala que crecerá un 3’1%, en comparación con el 2’6% que recogía en su previsión anterior. Y nos deja dos ingredientes clave para mejorar nuestra receta económica: subir el IVA y trabajar más años, una medida para asegurar una suave transición hacia un sistema de pensiones financieramente sostenible. Y para garantizar esto la institución también ha señalado que hay que dejar que las pensiones sólo suban un 0’25%. En esta revisión del sector laboral nos planteamos una pregunta: ¿Toca subir los salarios? Andrea Schaechter, líder de la misión del FMI para España:
Cuando la productividad crece, los salarios también deberían crecer junto con ella. Es algo que está muy claro: es muy importante que se mantenga la competitividad en la economía.
Como punto final, el FMI nos da una de cal y otra de arena. Por un lado, nos da una palmada en la espalda y nos dice que la productividad española ha mejorado en líneas generales, pero por otra nos deja tareas pendientes, puesto que todavía seguimos rezagados en comparación con nuestros compañeros de la Unión Europea.