30 de septiembre. Hoy se levanta el veto al dividendo y las recompras de acciones que pesa sobre el sector bancario desde que en marzo del pasado año, el Banco Central Europeo decidiera imponerlo para hacer frente a la pandemia de la COVID-19. Año y medio después de que se les “cortara el grifo”, los accionistas van a ver cómo el dinero, poco a poco, vuelve a “correr”.
¿Cómo ha sido el periplo hasta llegar aquí? ¿Cuáles son los avisos que deja el supervisor sobre la mesa?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
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Cuando en marzo de 2020 el Banco Central Europeo anunció el veto tenía sus razones. Las explicaba su vicepresidente, Luis de Guindos.
Porque había (con la crisis de la COVID-19 recién estrenada) que ser prudentes. Lo decía Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España.
El anuncio llegaba el pasado 1 de julio. Se cumpliría el calendario. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo abría, tras un año y medio de tener maniatados a los bancos, que podrían, finalmente, remunerar al accionista. El mundo respiraba tranquilo.
Casi un año después, en una entrevista con Boursorama, François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, era claro: se debe de retomar la política de dividendo.
En Bruselas todos estaban de acuerdo.
Bankinter, Santander y BBVA: los primeros
Y la noticia, positiva, se esperaba como agua de mayo. Lo decía días antes de la Navidad de 2020, Carlos Torres Vila, presidente del BBVA.
En 2020, fueron 5.09€/acción lo que se les dio a los accionistas.
Hoy hay rebajas en el resultado de la fusión del Banco Bilbao y Argentaria. Se lo comunicaban a primera hora la Comisión Nacional del Mercado de Valores, 0.08€/acción, esto es, 8 céntimos de dividendo que se pagarán el 12 de octubre. En el día de la Fiesta Nacional, el BBVA desembolsará más de 533 millones de euros para tener contentos a sus tenedores.
Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, hace ahora un año decía esto. Cumpliría con el veto, por razones obvias.
Meses más tarde, era más positiva. Aseguraba: no hay ninguna razón para que no puedan repartir estos beneficios. Dancausa el 23 de julio.
Estaban a la espera y en la entidad naranja no lo han dejado esperar más. Dará el pistoletazo de salida en la banca española mañana mismo, 1 de octubre, abonará a sus accionistas un dividendo de 0,133 euros por acción, a cargo de los beneficios del primer semestre de 2021, periodo en el que la entidad ganó 1.140 millones de euros, por las plusvalías que obtuvo por la segregación de Línea Directa.
El Santander de Ana Botín hará lo propio.
Repartirá 1.700 millones entre sus accionistas que se dividirá a partes iguales entre dividendos y una recompra de accionistas. Esto supone un pay-out del 40%, frente al 50%, al que no descartó que podía llegar. Por un lado, distribuirá dividendo en efectivo de 4,85 céntimos de euros por acción, que se pagará a partir del 2 de noviembre de 2021.
¿CaixaBank tras integrar Bankia?
Y CaixaBank quiere destinar la mitad de su beneficio ajustado, sin extraordinarios de la fusión con Bankia, al pago de dividendo. De momento no han dicho cuándo ni cuánto. Pero no será tarde. Al menos por las ideas que dejaba sobre la mesa el consejero delegado de la catalana. Gonzalo Gortázar.
Pero las presiones están ahí. Última junta de accionistas de la extinta Bankia (a partir de entonces en el marco de la nueva CaixaBank).
El Sabadell aspira a repartir el 30 % de sus resultados de este año. Lo hará a finales de diciembre.
La banca pierde en bolsa
Ahora pueden volver a repartir, pero tras año y medio con la losa son muchas las derivadas de este enfrentamiento. Esta recomendación (prohibición en la práctica) ha restado durante estos meses un 7% a la cotización de las entidades europeas, según un informe del BCE.
Bien es verdad que el impacto no es homogéneo, ya que las entidades que pagan dividendos, pero no generan rendimientos acordes con los requisitos de los inversores se vieron más afectadas que las que generan valor para los accionistas o aquellos bancos demasiado débiles para pagar dividendos incluso en ausencia de restricciones.
"Hay que seguir atentos"
Aún con todo, en un evento de Bank of America, el presidente de la Junta de Supervisión del BCE, Andrea Enria, llamaba la semana pasada a no fijarse solo en las remuneraciones y analizar las entidades en el "largo plazo".
Y lo decía Enria, es importante el dinero que se le retribuye al accionista, sí, pero hay que fijarse más allá del duro y ver si el sector merece la pena en el largo plazo. Si se están esforzando las entidades lo suficientes como para ver qué han cambiado desde la crisis financiera de 2008. Pero quienes tienen títulos de las entidades, no se fían, y menos después de lo vivido. Prefieren contar con pájaro en mano que cientos volando.