Este 31 de agosto se cumplen 10 años del primer paso de España para crear el banco malo, la SAREB.
Una entidad que no iba a suponer ningún coste para el contribuyente, pero que una década después se traduce en 35.000 millones de euros de deuda pública que Eurostat ha obligado a contabilizar como tal. Echamos la vista atrás en Mercado Abierto de la mano de José Ramón Couso, ex director de la asesoría jurídica de la SAREB.
Escucha la entrevista completa en este podcast de Mercado Abierto:
El ex-director de la asesoría jurídico del mal llamado "banco malo" califica de positiva su creación en un contexto "extremadamente complejo"
Valorar con los ojos de 2022 lo que pasó hace ahora diez años. Viernes 31 de agosto de 2012, primeras horas de la tarde. El entonces ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, comparecía tras un Consejo de Ministros llamado a aprobar las normas de reestructuración del sistema bancario español.
Entre las que se incluía la creación de una sociedad, el “mal llamado” banco malo que se encargaría de comprar los inmuebles y, en general, el resto de activos tóxicos de las entidades bancarias rescatadas – en su mayoría cajas de ahorros – que, una década de vida después, ha obligado al Estado – en definitiva – al contribuyente, una deuda de 35.000 millones de euros.
La creación de esta entidad permitió, a juicio del experto, dar solución a una realidad "extremadamente complicada" y aprender de la lectura de los mecanismos que se implementaron por parte del Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
A cuenta de la creación de este banco malo Couso es claro: "No existía una alternativa" a cuenta de la creación de una sociedad que, cree el experto "ni es un banco ni es malo".
"Si la SAREB hubiera sido una entidad pública se hubiera producido un rescate total del Estado", sentencia.
España, una década después
El caso es que España pidió ayuda a Europa y hace 10 años se daba ese primer paso al aprobar la base legal para la constitución de un banco malo, así como un nuevo marco de reestructuración y resolución de entidades.
Claves en la historia reciente de un país que mira ahora hacia la disolución de la SAREB y el punto y final a la crisis financiera de 2008.
"La SAREB ha sido útil y excepcional", apostilla Couso.