El presidente chino Xi Jinping prometió el domingo 124.000 millones de dólares para su ambicioso nuevo plan de la Ruta de la Seda con el que quiere forjar un camino de paz, inclusividad y libre comercio mientras pidió el abandono de modelos antiguos basados en juegos de rivalidad y poder diplomático.
Xi utilizó una cumbre, a la que asistieron líderes y altos funcionarios de todo el mundo, para difundir la iniciativa y reforzar las ambiciones mundiales de liderazgo de China, mientras el presidente estadounidense Donald Trump promueve "America First" y cuestiona los acuerdos mundiales de libre comercio existentes.
"Debemos construir una plataforma abierta de cooperación y defender y hacer crecer una economía mundial abierta", dijo Xi a la apertura de la reunión de dos días en Pekín.
China ha promocionado lo que llama formalmente la iniciativa "Belt and Road" como una nueva forma de impulsar el desarrollo global desde que Xi dio a conocer el plan en 2013, con el objetivo de ampliar los vínculos entre Asia, África, Europa y más allá y se ha apoyado en miles de millones de dólares en inversión en infraestructuras.
Xi dijo que el mundo debe crear condiciones que promuevan el desarrollo abierto y fomenten la construcción de sistemas de "reglas de comercio e inversión mundiales justas, razonables y transparentes". "El comercio es el motor del desarrollo económico".
Dijo que el mundo debe promover el sistema multilateral de comercio, el establecimiento de regiones de libre comercio y la facilitación del libre comercio.
Xi prometió un importante aumento de la financiación de la nueva Ruta de la Seda, incluyendo 100.000 millones de yuanes adicionales (14.500 millones de dólares) para el actual Fondo de la Ruta de la Seda, 380.000 millones de yuanes en préstamos y 60.000 millones de yuanes en ayudas a países en desarrollo y organismos internacionales en las naciones de las nuevas rutas comerciales.
Además, Xi dijo que China alentaría a las instituciones financieras a expandir sus negocios de fondos de yuanes en el extranjero por 300.000 millones de yuanes. No dio plazos para los nuevos préstamos, la ayuda y la financiación que prometió el domingo.
Líderes de 29 países asisten al foro, así como a los jefes de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El ministro de Finanzas de Gran Bretaña dijo a la cumbre que su país era un "socio natural" en la nueva Ruta de la Seda, mientras que el primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, un aliado chino cercano, elogió la "visión e ingenio" de China.
India se negó a enviar una delegación oficial a Pekín, lo que refleja el descontento con China por desarrollar un corredor comercial de 57.000 millones de dólares a través de Pakistán que también cruza el disputado territorio de Cachemira.
"Ningún país puede aceptar un proyecto que ignore sus preocupaciones fundamentales sobre la soberanía y la integridad territorial", dijo el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de India, Gopal Baglay, y añadió que existe la preocupación de que los países anfitriones adopten una "deuda insostenible".
Entre las ausencias a esta cumbre (en la que sí está el presidente del gobierno, Mariano Rajoy) destacan la del presidente estadounidense, Donald Trump, o el primer ministro nipón, Shinzo Abe.