Después de muchos intentos fallidos de sacar adelante su acuerdo del Brexit, Theresa May cede: presentará un nuevo acuerdo a los parlamentos con cambios sustanciales. Entre esos cambios sorprende su postura hacia la posibilidad de celebrar un segundo referéndum. La primera ministra británica ha anunciado que, de aprobarse su nuevo acuerdo, los parlamentarios decidirán si quieren o no dar voz al pueblo británico sobre el acuerdo del Brexit.
Esa es una de las lineas rojas sobre la que ha tenido que ceder a pesar de haber insistido siempre en que "había que cumplir con la voluntad de los ciudadanos británicos de 2016". Pero esto no es lo único que deja en manos de la Cámara de los Comunes, los parlamentarios también decidirán sobre la relación comercial con la Unión Europea. Es decir, está en su poder decidir si prefieren o no quedarse en la unión aduanera.
Otro de los cambios más significativos es el referente al backstop, o salvaguarda, de Irlanda del Norte. La primera ministra ha asegurado que van a "emplazar legalmente al gobierno a que busque y zanje las alternativas al Brexit para diciembre de 2020 para poder evitar que el backstop entre en juego". Pero de hacerlo, el nuevo acuerdo incluye el compromiso del gobierno de asegurar que Reino Unido se mantiene "alineado" con Irlanda del Norte.
Esto significa que, de querer votar por estas cuestiones, primero los parlamentarios tendrán que votar a favor del nuevo acuerdo de May. Está previsto que el acuerdo se someta a la votación del parlamento la primera semana de junio.