La caída del precio del petróleo está afectando a muchas industrias en EEUU. También a la del acero. Y es que según datos de la propia industria, el sector energético supone el 10% del consumo de acero del país. Y teniendo en cuenta los problemas por los que pasa el sector energético con los bajos precios del crudo, y el descenso del número de pozos petrolíferos activos, la demanda de acero ha caído de forma alarmante. En concreto, en el entorno del conocido como OCTG (Oil Country Tubular Goods), productos de acero que usan las empresas energéticas en la construcción de pozos de perforación y oleoductos. Y a las empresas que trabajan en este ámbito les interesa más este negocio, porque los productos que venden a las energéticas son más caros y les dejan mayores márgenes.
Tampoco ayuda la competencia. La que llega de China, por ejemplo, con menores precios de sus bienes de acero. De hecho, el 2015, las importaciones de este metal cayeron un 20% en el país asiático, y empezaron a aumentar los envíos de metales más baratos a EEUU. Algo que está llevando también a un exceso del material en el mercado.
Lo malo es que las previsiones para este año no son muy positivas. Los analistas ven un pequeño impulso reciente en el valor de las compañías dedicadas al acero en EEUU, pero no será suficiente y acabará a mediados de año. Por ello, las empresas de OCTG buscan alternativas. Se están centrando en mejorar la innovación tecnológica, conseguir un metal más fuerte y resistente a la corrosión y lograr un mejor producto a un coste más bajo.
Una de las principales compañías estadounidenses en el sector OCTG es United States Steel, que es la mayor suministradora de productos para las empresas de gas y petróleo. La semana pasada anunció el despido de 800 trabajadores en sus plantas de OCTG de Arkansas y Texas. Y no es la única que sufre la mala situación del mercado del petróleo, Steel Dynamics, AKS Steel son otros de los nombres estadounidenses que están expectantes ante el precio del crudo. Y también Nippon Steel & Sumitomo Metal, el segundo productor de acero más importante del mundo, que espera que su beneficio caiga este año más de lo previsto.