El Congreso de Estados Unidos quiere acabar con el poder de las tecnológicas y avanza inexorable hacia su objetivo. En las últimas horas se han dado los primeros pasos para la aprobación de cinco nuevas leyes para romper el monopolio de las todopoderosas Google, Facebook, Apple o Amazon. ¿Qué buscan los políticos estadounidenses? ¿Qué dicen las empresas?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
En las últimas horas se han dado los primeros pasos para la aprobación de cinco nuevas leyes para romper el monopolio de las todopoderosas Google, Facebook, Apple o Amazon
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Décadas y décadas de poder que ven cómo se diluye su futuro. Apenas cinco empresas, las conocidas en los mercados como las FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Google) no solo son las compañías más valiosas de la bolsa norteamericana sino también nuestros respiradores externos en un momento en el que la tecnología nos ha sumido en un “coma digital” del que ahora parece que estemos tomando consciencia.
Comunicaciones, comercio minorista, servicios financieros, atención médica y hasta en el coche, no queda un rincón de nuestra vida privada en la que, al menos una de las empresas que hemos mencionado antes, estén presentes.
Y las quejas de pequeñas organizaciones de usuarios que llevan tiempo quejándose de todo esto, parece que están ya teniendo su réplica. En Europa la controversia llegó hace tiempo y la comisaria de Competencia, Magrethe Vestager decía que su intención era clara: ayudar a las pequeñas empresas limitando el poder de estos “colosos”.
También nos lo decía en Mercado Abierto, Joaquín Almunia, exvicepresidente de la Comisión Europea.
Voces que sonaban a esta orilla del Atlántico que están teniendo su réplica ya en Washington. Aunque bien es verdad que, hasta ahora, hay mucho ruido y, como se suele decir, pocas nueces.
Estados Unidos se "revela"
Pero ayer por la tarde… de madrugada aquí en España… las tornas han empezado a cambiar. Los legisladores votaron ayer, por primera vez, un conjunto de leyes (en concreto, seis textos diferentes) orientados a debilitar el poder de las grande tecnológicas.
¿Qué buscan en concreto? Pues por un lado, se van a aumentar el poder y la financiación de las agencias federales que investigan los casos de antimonopolio, además, se va a dificultar la adquisición de pequeños rivales (a fin de evitar que se hagan a golpe de talonario con pequeñas startups con gran potencial y que pueda amenazar algunas divisiones de su negocio), y, en última instancia, se tratará también de evitar que las empresas como Amazon o Google utilicen la tecnología en su favor pasa posicionarse por encima de otros vendedores minoristas en las diferentes tiendas digitales.
Un pacto cerrado que, tal y como ha dicho la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaky cuenta con el apoyo de ambos partidos tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.
Un impulso que se produce cuando las leyes antimonopolio están llevando ante los tribunales a todas las tecnológicas, sin excepción ya sea en una u otra parte del mundo. Queda ahora entonces el desafío de comprender qué puede significar esta legislación para el consumidor del día a día.
¿Qué pierde cada una?
Por nombres: Amazon deja en el horizonte una división del negocio entre la parte de venta y otros servicios como Alexa o Amazon Web Services. El gigante del comercio electrónico podría verse obligada a elegir entre operar un mercado para vendedores externos o regresar a los días en que solo vendía productos al por menor. “Efectos negativos todos ellos”, se limitan a decir desde la empresa.
Amazon ha dicho que al exigir a la empresa que se ciña a un modelo comercial, los proyectos de ley podrían obligarla a dejar de apoyar a terceros vendedores independientes, en detrimento de la economía.
Google. Aquí también la empresa podría verse forzada a escindir ciertas partes del negocio si los reguladores del Departamento de Justicia o la Comisión Federal de Comercio pueden demostrar que existe un “conflicto de intereses”. Según la CNN, Google tendría, a lo mejor, que llegar a vender Youtube o parte de su división publicitaria.
En el caso de Apple, que dicen tener alguna que otra duda sobre qué pasará con la privacidad de sus usuarios, podría tener que abrir su tienda digital a terceros desarrolladores.
Mirando hacia Facebook, una de las grandes damnificadas, objetivo de críticas, incluso por la compra de Instagram en 2012 por 1.000 millones de dólares. De salir adelante este nuevo texto legislativo, podría hacérsele muy difícil a Facebook comprar el “nuevo Instagram”.
Con Netflix, de momento, hay poco que rascar, pero en Microsoft sí que habría alguna que otra controversia. En un principio, Microsoft no estaba entre los acusados de abusar del poder de monopolio aunque con sus recientes capitalizaciones, que han llegado a los 2 billones de dólares, en algo le terminará afectando estas nuevas leyes.
De hecho, el presidente de la tecnológica, Brad Smith, aseguraba en una reciente entrevista en Bloomberg que “hay aspectos de la legislación… que se aplican absolutamente a Microsoft”, aunque todavía no ha dado más detalles.
Todavía, sin embargo, no hay nada claro y es más que probable que la batalla entre las empresas y los legisladores se intensifique en las próximas semanas. Así las cosas, si bien la legislación antimonopolio sigue siendo todavía una quimera en el horizonte, podrían terminar cambiando internet tal y como lo hemos conocido hasta ahora y convertirse, de verdad, en un espacio algo más democrático. De momento, lo que parece es que quien manda está tomando, como nos canta Joe Cocker, un camino diferente.