El mercado de los cruceros cada vez es más competitivo. Que se lo digan a las principales compañías que componen el sector que, pese a que cada vez más especializadas, han luchado contra viento y marea para dejar atrás los números rojos de la Covid. La estadounidense Royal Caribbean Cruises, que hace unos días anunciaba unos ingresos de casi 14.000 millones de dólares en 2023, un 57,2% más que un año antes, y dejaba claro que el número de sus pasajeros que transporta sigue una tendencia creciente. ¿Cómo? Con su nuevo buque gigante, el más grande del mundo, el ‘Utopia of the Seas’, de nada menos que 362 metros de eslora.
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La compañía Roya Caribbean Cruises podrá en funcionamiento su buque 'Utopia of the Seas'
Un megabuque turístico
Este nuevo buque tiene una capacidad para transportar hasta casi 8.000 personas, más de 5.600 huéspedes. Sus itinerarios para 2024 y 2025 zarparán próximamente de Puerto Cañaveral, a las afueras de Orlando, con destino a Nassau, en Bahamas, y a la isla privada de Royal Caribbean...Perfect Day at CocoCay. Son viajes mucho más cortos que los de su hermano, también de la compañía, Icon, que debutaba en alta mar hace tan solo 6 meses.
La filosofía de ‘Utopia’, son las escapadas rápidas. Así, y equipados con piscinas, actividades para niños, scape roooms, teatros o multitud de restaurantes y cafeterías, entre otros muchos servicios, los turistas pagarán alrededor de 450 dólares por tres noches en estas meganaves.
Implicación medioambiental
Hace unos meses, Transport & Enviroment señalaba en su estudio que, por ejemplo, los cruceros que navegan por la Unión Europea emiten tanto azufre tóxico como 1.000 millones de coches, casi un 70% del total.
Y aunque los expertos señalan que la eficiencia energética de un gran barco es mayor que la de varios buques más pequeños juntos y algunos como el Icon, de Royal Caribbean funcionan con GNL, lo cierto es que el problema medioambiental sigue ahí: porque el gas natural licuado es un potente gas de efecto invernadero...y las fugas observadas regularmente en las operaciones tienen también graves consecuencias para el clima mundial. A pesar de ello, sí que es cierto que, al igual que hacen otras industrias como la de la aviación, los cruceros se ponen manos a la obra para ir ser cada vez más sostenible.