Amanece con los índices en positivo, con una nueva inyección de 10.000 millones de yuanes al mercado por parte del Banco Central de China y con pequeñas protestas ciudadanas en Hong Kong, donde el precio de la vivienda deja a casi tres millones de ciudadanos sin posibilidad de hacerse con un hogar. Además, el Banco Central de Australia publica las minutas de su última reunión de junio.
En Hong Kong, la presidenta entrante, Carrie Lam, acaba de prometer la creación de 140.000 viviendas públicas y la creación del Plan de Propiedad de Vivienda, algo que ya prometió en campaña y que según los estudios de varias fundaciones públicas del país será imposible cumplir. Un apartamento pequeño cuesta 18 veces el salario medio anual, y eso deja fuera de juego a buena parte de la población. Pero el problema va a más, porque las viviendas públicas también están disparadas debido a la llamada prima de la tierra, que se paga si se quiere adquirir esa propiedad pública. El problema de la prima de la tierra es que cobra el suelo por el valor de mercado, lo cual encarece la propiedad en un 40%, y vuelve a dejar a las rentas bajas sin posibilidad de adjudicarse este tipo de viviendas más allá de un alquiler al que, si no terminan comprando la vivienda, tendrán que renunciar entre cinco y diez años. Lam ha prometido acabar con este tipo de desigualdades ante algunas protestas que están empezando a cobrar fuerza en la región, aunque está por ver como ataja el problema, porque no puede regular dentro del mercado inmobiliario sin el permiso del Gobierno central chino.
Todavía en China, el Banco Central ha inyectado de nuevo dinero al mercado, sosteniendo a numerosas empresas a base de refinanciar una y otra vez su deuda. Desde el máximo organismo bancario insistían esta mañana en que ayudar a las empresas eleva su competitividad y no compromete al resto del sistema financiero con créditos que es complicado que puedan refinanciar tan a largo plazo para las distintas compañías. Además, insisten en que la salud del sistema financiero es vital de cara a enfrentar un posible escenario de crisis.
También esta madrugada hemos leído las minutas del Royal Bank of Australia (Banco Central del país), en las que insisten en la necesidad de que el mercado de la vivienda vuelva a crecer. Al contrario de lo que ocurre en Hong Kong, el sector inmobiliario en Australia da trabajo a buena parte de la población, pero está cayendo el ritmo de ventas de viviendas, lo que pondrá en peligro la estabilidad de esos puestos de trabajo. En todo caso, la previsión de crecimiento para el país se mantiene en el 3% para el conjunto de 2017.