El último cambio en la estrategia de la mayor gestora de activos del mundo BlackRock alejándose de sus criterios de cambio climático ha hecho saltar las alarmas.
¿Será Rusia la responsable de este giro de los acontecimientos? ¿Vendrá seguido de un efecto contagio?
Escucha el análisis completo a continuación:
BlackRock no apoyará la mayoría de resoluciones sobre el cambio climático este año por ser extremas y prescriptivas.
La invasión de Rusia lo cambia todo
La guerra en Ucrania, las presiones inflacionistas y el periodo de transición energética al que nos enfrentamos ha hecho a la mayor gestora del mundo replantearse su estrategia.
La invasión de Rusia en Ucrania simplemente ha cambiado el entorno y "requerirá de más inversiones a corto plazo en la producción de combustible tradicional para impulsar la seguridad energética". Así lo ha señalado BlackRock con más de 10 billones en activos bajo gestión.
Es cierto que ya el año pasado solo fueron aprobadas la mitad de las propuestas de los accionistas en materia de sostenibilidad.
Pero este giro de los acontecimientos nos hace plantearnos ¿cuáles son las alternativas de inversión o, mejor dicho, las alternativas estratégicas que se pueden llevar a cabo llegados a este punto?
Primera opción, desinvertir
Fernando Luque, de Morning Star ve varias opciones para intentar integrar la crisis energética en nuestras carteras. La primera de ella, la que parece la más sencilla, es desinvertir.
"Es fácil, pero tiene consecuencias. Si el sector energético, por ejemplo, lo hace mejor que el resto de sectores corres el riesgo de que la rentabilidad se resienta", señala Luque.
No es que la gestora con uno de los mayores activistas del cambio climático al frente- nos referimos a Larry Fink- vaya a dar carpetazo a las energías verdes y los criterios ESG en sus inversiones, simplemente, advierten de que “aprovechar las oportunidades de inversión en la transición energética también tendrá un impacto directo en los resultados de inversión de sus clientes”.
Larry Fink es claro, no es que hayan dejado de ser ecologistas, sino que son capitalistas y fiduciarios.
¿Qué ha provocado este ligero cambio en la mentalidad de Larry Fink?
Sí que es cierto que entre estas líneas ya dejaba entrever que la situación en Ucrania y la crisis energética retrasarán la transición verde.
Ya el año pasado señalaba que la única área en la que veía crecimiento es en la tecnología.
El ceo de BlackRock ha sido siempre un gran defensor de las políticas de descarbonización en sus cartas anuales. En la de este año, sin ir más lejos.
En concreto, señala literalmente que "pocas cosas influirán más en las decisiones de asignación de capital en el valor a largo plazo de su compañía que la eficacia con la que navegue la transición de energía global en los próximos años".
También destaca que los próximos 1.000 unicornios no serán buscadores ni compañías de redes sociales, serán innovadores sostenibles que ayuden a descarbonizar el mundo y hagan que la transición energética sea asequible para todos los consumidores.
Dentro de estas posibilidades que plantea Fernando Luque encontramos la de combinar estrategias.
"Combinar la participación activa de la gestora en las juntas de accionistas de las compañías para implantar su punto de vista con un best in class".
BlackRock no es la única que está poniendo el freno de mano. Por ejemplo, los accionistas de Occidental Petroleum rechazaron también la semana pasada una propuesta que pedía a la compañía que estableciera objetivos de reducción de emisiones más detallados.