Despedíamos la semana hablando del muro mejicano y no podemos dejar de abrirla con el otro muro: la Executive Order del pasado viernes que ha dejado en situación de shock a multitud de personas, no solo musulmanes de determinados países sino también gente con visados en vigor, gente con la Green card, que llevan muchos años viviendo en EEUU, americanos en los países a los que afecta, etc.
La norma prohíbe la entrada por un tiempo de cuatro meses a refugiados y la inmigración por tres meses a ciudadanos de siete países.
Jueces federales de Seattle, Virginia, Boston, Brooklyn y New York al hilo de abogados, la mayoría digamos de oficio desplazados a los aeropuertos, trabajando para ayudar a aquellos paralizados en los aeropuertos, han respondido. Incluso las grandes firmas están involucrándose.
La orden de Trump ha pillado incluso a muchos nacionales americanos de viaje en dichos países, incluso por razones de su oficio la protección de los derechos humanos y no pueden regresar.
La resolución de un juez federal de Brooklyn, dice que los que tienen una visa pueden entrar y quedarse temporalmente y lo mismo los que estén en tránsito.
Así varios jueces, piense que apenas hubo tiempo para pronunciarse, estamos hablando de hechos del fin de semana.
La situación es de desconcierto, incluso entre las propias autoridades de aduanas, portuarias, que no están preparadas para el tema. A esto se suman los fiscales de varios estados que alertan de una violación de la Constitución por el asunto religioso.
De todas formas, es grande al casuística que genera el tema. No crea Vd. que está clara la defensa de quienes sean extranjeros en USA y que no hayan pisado su suelo y estén pendientes de viajar. La aplicación de la Constitución de los EEUU es muy forzada jurídicamente hablando
En definitiva, la Casa Blanca sabe que en derecho no cabe la improvisación ni hay sitio para la impaciencia y yo interpreto esta Executive Order como un aviso, pero con implicaciones constitucionales.
Por: Arcadio García Montoro