En esta edición de Ondas del Viento abordamos un tema crucial para el desarrollo de los parques eólicos: los estudios de impacto ambiental. Antes de construir un parque eólico es necesario realizar un análisis exhaustivo para garantizar un impacto ambiental mínimo. No es posible construir en zonas protegidas ni en aquellas con una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que sea negativa.
Los estudios y los planes de vigilancia son cada día más rigurosos y exigentes y en este programa exploramos los aspectos clave de estos estudios y por qué son tan importantes para la tramitación y construcción de un parque eólico ya sea terrestre o marino.
Son unos estudios complejos en los que se analiza desde la evaluación del marco legal pasando por el análisis de la fauna, flora y hábitats, el análisis de la población, del suelo, de las edificaciones cercanas, del patrimonio cultural, social e industrial…hasta la identificación de medidas preventivas, correctoras y compensatorias tanto en la fase de construcción como en la de explotación de un parque.
En el análisis nos acompañan Manuel Ruiz de la Rosa, director de ECOS Group; Andrés Prieto, director comercial del departamento de Survey de Tecnoambiente y Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la Asociación Empresarial Eólica.
Escucha aquí el programa completo:
Análisis con Manuel Ruiz de la Rosa, director de ECOS Group; Andrés Prieto, director comercial del departamento de Survey de Tecnoambiente y Heikki Willstedt, director de políticas energéticas de la Asociación Empresarial Eólica
Equilibrar intereses
Los estudios ambientales son herramientas que sirven para “equilibrar los intereses de protección del medioambiente con los intereses de la sociedad para generar electricidad limpia”, señala Heikki Willstedt.
Por su complejidad, actualmente se necesita entre 3 y 4 años para conseguir una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para un parque eólico.
Los expertos analizan las diferencias entre los estudios que se realizan en el caso de que sea un parque eólico terrestre o uno marino.
En el caso de que un estudio de impacto ambiental sea considerado “negativo”, habría que volver a analizar todas las variables y reubicar la localización del parque, apunta Manuel Ruiz de la Rosa.