New York Community Bancorp ha llevado a los bancos a revivir el fantasma de la crisis bancaria un año después. La entidad regional se hunde desde el pasado 31 de enero, pero el contagio es menor que justo hace un año. Este caso, ¿indica que vamos hacia otra crisis bancaria?
Este mes se cumple un año de la crisis de los bancos regionales, en un momento en el que otra entidad, New York Community Bancorp, preocupa a los mercados.
El banco se ha visto sometido a nuevas presiones desde la semana pasada, tras reconocer había identificado "debilidades materiales" en los controles internos vinculados a su revisión de los préstamos. Esto ha provocado una segunda ronda de rebajas de calificación por parte de las agencias de calificación crediticia.
También tomaba la decisión de sustituir a su consejero delegado y he revelado un deterioro del fondo de comercio de 2.400 millones de dólares.
En lo que va de año, la caída de su cotización llega al 65%. El desplome llega menos de un año después de quedarse con los activos del también quebrado Signature Bank.
El foco ahora está puesto en los préstamos inmobiliarios comerciales y en las pérdidas imprevistas que registra en sus oficinas y propiedades multifamiliares de Nueva York.
Esto hace inevitable mirar a la crisis de justo hace un año, cuando quebraban varios bancos regionales y hacían temer precisamente un efecto contagio a todo el sector financiero, no sólo en Estados Unidos.
Para Alberto Iturralde, responsable de Operativa DAX, la situación que se produjo hace un año no tuvo que ver con la quiebra de los bancos californianos, sino con el discurso que, a raíz de esas quiebras, se intentó establecer en los mercados financieros europeos.
Las quiebras se habían producido por una gran cantidad de activos vinculados con el tipo de interés y de repente habían perdido mucho valor por la rápida subida de tipos. Esto se llegó a considerar en la bolsa europea como un riesgo sistémico, en el que toda la banca iba a sufrir por esa situación. Algo que el experto cree que es un sinsentido.
Pero lo cierto es que los bancos cayeron con fuerza en marzo del año pasado. Otros expertos señalan que la Reserva Federal controló de forma rápida la situación.
El regulador se apresuraba a garantizar los depósitos para tratar de frenar el pánico. No obstante, después la Fed ha reconocido fallos por no apreciar el alcance de las vulnerabilidades de esos bancos, por lo que se ha inclinado por reforzar la supervisión y regulación del sector.
¿Qué sucedía en marzo de 2023?
Los bancos regionales tenían como clientes a empresas tecnológicas y startups, que se habían comportado muy bien gracias a los tipos bajos. Depositaban sus ganancias en los bancos y estos invertían en depósitos en letras y bonos hipotecarios.
Las fuertes y rápidas subidas de tipos de interés por parte de las autoridades monetarias para hacer frente a la inflación, provocaban fuertes pérdidas en los balances de las entidades. El aumento de los tipos de interés tiene, como saben, el efecto inverso en el precio de los bonos.
Esto no supone ningún problema para el banco si se mantienen los bonos en cartera hasta vencimiento, momento en el que se recupera el capital invertido más los intereses.
¿Cuándo se producen las pérdidas? Si el banco se ve obligado a vender antes del vencimiento los títulos de renta fija, pues ahí sí debe reconocer la pérdida por la caída de su precio.
Cuando las empresas querían retirar su dinero, se producía ese problema de liquidez y la quiebra de las entidades.
El gran problema ahora es que los bancos regionales estadounidenses están mucho más expuestos al sector inmobiliario comercial que los seis mayores bancos del país.
También se enfrentan a presiones sobre los rendimientos de los depósitos, la concesión de préstamos, que se está ralentizando a pesar de una posible recuperación si los tipos de interés y las distribuciones a sus accionistas, ya que van a tener que cumplir ratios de solvencia más elevados.