Viernes, 7 de septiembre de 2018.- Hoy hace dieciocho años comenzaron las primeras emisiones del magacín “El Marcapáginas”, que por entonces se estrenaba en Radio Círculo, la emisora del Círculo de Bellas Artes, a la que se dirigió un recién licenciado David Felipe Arranz para ofrecerles el que era tan solo un proyecto. Hoy vuelve a las ondas de Capital Radio, donde estrena su tercera temporada con un programa especial dedicado al poeta metafísico inglés John Donne y renueva sus contenidos, secciones y añade más contertulios: entre las novedades, una nueva microsección dedicada a la danza, “Las zapatillas rojas”, que llevará la experta Sara Antequera.

John Donne John Donne (Christianitytoday)

Capital Radio ha querido hablar con quien sigue siendo el director y productor del espacio, Arranz, con ocasión de esta rentrée.

  • ¡Felicidades! ¿Cómo ha cambiado del programa de ayer a hoy? Dieciocho años dan para mucho.

  • Las esencias de “El Marcapáginas” permanecen, pero el programa ha crecido y evolucionado en el ritmo y en la duración: de la hora con la que nos estrenamos estamos ahora en tres horas de directo, lo que hace del programa un espacio de gran formato capaz de competir con las cadenas rivales en el prime time. Me siento un privilegiado y la confianza de Capital Radio en el magacín es enorme porque también entienden el periodismo como sinónimo de calidad.



  • ¿Qué tiene la radio de especial para ti? ¿Por qué le has sido tan fiel durante tantos años?

  • Yo soy muy castellano y me siento siempre responsable hasta el final de los proyectos que inicio. En ese sentido, “El Marcapáginas” no es un programa al uso, sino un magacín muy especial hecho con mimo y precisión, cuidando cada detalle y con todo el cariño que me es posible. Forma parte de mi vida y de mi manera de entender la cultura y, por supuesto, el periodismo, una profesión tan necesaria para una democracia como maltratada por el sistema.



  • No hay mucha oferta cultural en las ondas. ¿A qué crees que es debido?

  • Digamos que atravesamos un periodo difícil para la educación y la cultura. Algunos de los que se autodenominan programas culturales no son más que contenedores de ocurrencias improvisadas sin estructura y eso se nota. Porque el periodismo cultural requiere de un esfuerzo y de reflexión, un concepto en total desuso. Nosotros preparamos el programa cada día de la semana para que el viernes a las 20:00 el oyente disponga de un espacio cultural gourmet: todo lo que le ofrecemos está contrastado, investigado y disfrutado antes de contarlo. Y eso nos lo dicen los propios invitados cuando se marchan tan encantados como extrañados de que nos hayamos leído su libro o visto tal exposición o cual obra de teatro, cuando debería ser lo normal. Vivimos tiempos de estulticia supina en muchos ámbitos, especialmente en el periodismo y en la política, y algunos combatimos ese déficit con humor y más cultura.



  • Cuando recogió el 4 de julio la Antena de Plata que la Asociación de profesionales de Radio y Televisión de Madrid le concedió a “El Marcapáginas”, tuvo unas palabras muy especiales para sus maestros. ¿Por qué cree que son importantes?

  • Más que importantes, son fundamentales. Ahora se lleva el adanismo, consistente en creer que nuestros logros nacen por generación espontánea, o la tendencia a “matar” simbólicamente al maestro al primer éxito que nos sale al paso, borrando su rastro. Como decía el adagio medieval que luego hizo popular Umberto Eco, somos enanos a hombros de gigantes y creo que mi vida ha estado jalonada de influencias verdaderamente maravillosas que no pienso ni quiero olvidar, tanto de maestros cercanos –Julián Lago o César Antonio Molina– como de los que he leído o disfrutado en el cine: entre ellos el propio Eco, Quevedo, Shakespeare, George Steiner, Gore Vidal, Maximilian Schell o Susan Sontag.