Los nuevos años 20 han llegado a la industria automovilística que se encuentra inmersa en un proceso de cambio de paradigma. Las presiones ecologistas y la concienciación por una movilidad sostenible están impulsando a pasos agigantados la electrificación y por otro lado la tecnología está automatizando hasta la conducción.
La batalla por liderar la conducción autónoma ha dado el salto de las líneas de montaje a las impolutas sedes de las tecnológicas. Aquí se libra una de las batallas del futuro de la movilidad.
La lucha está en el cerebro de esos futuros vehículos. Tras varios años de anuncios y promesas en el sector, Qualcomm ha dado un golpe en la mesa este CES 2020. “Este CES es un punto de inflexión a medida que evolucionamos hacia ADAS con un enfoque multisegmento desde el nivel 1 al nivel 4", ha señalado Cristiano Amon, presidente de Qualcomm.
Antes de levantar el telón la feria de tecnología de Las Vegas, la compañía de semiconductores ha anunciado una nueva serie de chips y tecnologías para fabricantes de automóviles llamada Snapdragon Ride, que puede integrar una gran cantidad de datos de los sensores de un automóvil y cumple con las regulaciones actuales de seguridad y asistencia al conductor.
El nuevo chip incluye varias opciones de sistema llamadas Snapdragon Ride Safety, así como un acelerador de aprendizaje automático y una “pila” de software de conducción automática.
Además, podrá admitir sistemas avanzados de asistencia al conductor o funciones “ADAS”, como como el mantenimiento de carriles, el reconocimiento de señales de tráfico y la conducción automatizada en carretera: la tecnología generalmente se denomina autonomía de “Nivel 1” o “Nivel 2″.
Los chips también estarán disponibles para fabricantes de automóviles y proveedores de piezas que necesitan silicio para desarrollar aplicaciones de conducción autónoma “Nivel 5”, como los taxis automáticos.
Qualcomm enviará los chips y el sistema a sus clientes a finales de este año, y espera que los automóviles equipados con su tecnología comiencen a producir en 2023.
En la presentación, Amon ha señalado que la cartera de pedidos relacionados con la industria automovilística llega a los 7.000 millones de dólares.
Batalla con Mobileye y Nvidia
Aunque Qualcomm llega tarde al baile, aún está lista para la fiesta y, de momento, no ha decepcionado como sus rivales. Hace tres años en el CES, Nvidia anunció tener un ambicioso plan para lanzar un coche sin conductor de Nivel 4, es decir,un automóvil casi totalmente autónomo, en el mercado para 2020. Sin rastro, por el momento.
En el otro lado, Mobileye también hace más de tres años en el CES apuntaba a unos ingresos significativos esperados después de 2020. Su modelo de negocio es distino al que plantean Qualcomm y Nvidia, la israelí apuesta por el mapeo.
Un ejemplo es el proyecto Autonomous Ready en Barcelona. En la actualidad, los sistemas de seguridad o de ayuda a la conducción están basados en sensores como el radar o LIDAR, dos sistemas de medición y detección de objetos mediante láser.
Los rayos láser que se emiten impactan sobre los objetos, rebotan y que vuelven reflejados.
Tesla, por libre
En un mundo paralelo trabaja Elon Musk con sus Tesla. El pasado mes de abril, por fin, dio a conocer cómo funciona el cerebro de Tesla conocido como ordenador FSD (Full Self-Driving).
Desde 2016, la compañía de Elon Musk trabaja en la creación de sus propios chips para no depender de terceras compañías. En este cambio y nueva dirección empresaria, Pete Bannon, ex Apple, tiene gran parte de la culpa.
Bannon ha sido el padre de los chips A5, A6, A7, A8 y A9 que han dado vida a los últimos dispositivos del gigante de Cupertino. Con su llegada a Tesla, la automovilística se despide de Nvidia y su solución que daba vida a los anteriores software de la compañía.
En la actualidad, la mayoría de vehículos autónomos o semi autónomos están equipados con los conocidos sistemas LIDAR. El modo de piloto automático de Tesla detecta el tráfico, ve en 360 grados hasta 250 metros de distancia, aparca, entra y sale de las autopistas y cambia de carril. «Si falla cualquier parte de esta computadora, el coche sigue funcionando», apuntó Musk esta semana.
Su Full Self-Driving está basado en el aprendizaje automático y las redes neuronales, estas tratan de buscar la mejor combinación para ajustarse y resolver un determinado problema y, finalmente, tratar de reproducir el funcionamiento del cerebro humano en un ordenador.
El ordenador FSD cuenta con dos procesadores que permiten procesar grandes cantidades de operaciones por segundo y reaccionar casi al instante con todo lo que está ocurriendo en el asfalto y alrededor del vehículo. «Cualquiera que confíe en el LIDAR está condenado«, apunta Musk.