Durante los últimos 25 años, el Reino de Marruecos ha experimentado una transformación significativa bajo el liderazgo del Rey Mohammed VI. Desde su ascensión al trono en 1999, el monarca ha impulsado una visión de modernización y desarrollo que ha abarcado múltiples aspectos de la sociedad y la economía marroquí.

Modernización de Infraestructuras: Uno de los pilares fundamentales de esta transformación ha sido la inversión masiva en infraestructuras. Proyectos emblemáticos como el puerto Tanger Med, que se ha convertido en el más importante de África, la línea de tren de alta velocidad entre Tánger y Casablanca (la primera en el continente africano), y la extensa red de autopistas que conecta las principales ciudades del país, han mejorado significativamente la conectividad y competitividad de Marruecos.

Apuesta por las Energías Renovables: Además, la apuesta por las energías renovables, ejemplificada por la Central Solar Noor, demuestra el compromiso del país con un futuro sostenible. Marruecos ha diversificado su base productiva, atrayendo inversiones en sectores como la industria automotriz, con la instalación de plantas de Renault y Stellantis. El país se ha posicionado como un hub logístico y de producción, aprovechando su ubicación estratégica entre Europa y África.

Electrificación del Transporte: Marruecos está emergiendo como un centro clave para la producción de baterías eléctricas, impulsado por un crecimiento significativo en su sector automotriz y la atracción de inversiones extranjeras. El gobierno marroquí tiene planes ambiciosos para que, para el año 2030, hasta el 60% de los vehículos exportados desde el país sean eléctricos. Esto se alinea con la tendencia global hacia la electrificación del transporte y la sostenibilidad.

Diplomacia y Cooperación Internacional: La diplomacia marroquí ha jugado un papel crucial en este periodo. El país ha fortalecido sus relaciones con la Unión Europea y ha intensificado su presencia en África, promoviendo la cooperación Sur-Sur. Un logro significativo ha sido el creciente reconocimiento internacional de la soberanía marroquí sobre el Sahara Occidental.

El reinado de Mohammed VI

El reinado de Mohammed VI ha estado marcado por avances en infraestructuras, diversificación económica y una mayor proyección internacional. A pesar de los desafíos, Marruecos ha experimentado una transformación significativa durante este cuarto de siglo. Las relaciones actuales entre España y Marruecos han alcanzado un estado notablemente positivo, considerado por muchos como el mejor momento en décadas.

Este fortalecimiento se debe, en parte, a la creciente interdependencia en cuestiones de seguridad y comercio. La colaboración en áreas como la gestión migratoria, el intercambio comercial y las inversiones bilaterales ha sido fundamental para el desarrollo de una relación más sólida y mutuamente beneficiosa. Históricamente, las relaciones entre España y Marruecos han sido complejas, marcadas por la proximidad geográfica y una serie de desafíos políticos y sociales. El impacto de la crisis económica de 2008 en España trajo consigo importantes cambios políticos y sociales.

La emergencia de nuevos partidos políticos como Podemos, Ciudadanos y Vox ha modificado el panorama político español, despertando un interés particular en la élite marroquí por comprender estas transformaciones y sus implicaciones para las relaciones bilaterales. La crisis también subrayó la necesidad de una mayor cooperación en áreas como la economía y el desarrollo social. Sin embargo, en los últimos años, ambos países han trabajado arduamente para fortalecer sus lazos, enfocándose en intereses comunes y una cooperación más estrecha en múltiples áreas.

El conflicto del « Sáhara Occidental » ha sido otro tema central en las relaciones entre ambos países. Durante muchos años, este asunto ha actuado como un termómetro de la relación hispano-marroquí, generando tensiones y desacuerdos. Sin embargo, el reciente cambio en la postura de España respecto a esta cuestión ha facilitado un vuelco positivo en las relaciones, permitiendo una mayor alineación de intereses y una disminución de las fricciones. En términos culturales y lingüísticos, la proximidad geográfica ha facilitado un intercambio significativo. En regiones del norte de Marruecos, como Tánger y Tetuán, el conocimiento del español es común debido a la cercanía con España y la influencia histórica.

Recientemente, también ha habido un aumento en el interés por el aprendizaje del español entre la élite marroquí, que tradicionalmente ha estado más orientada hacia la cultura francófona. Este creciente interés por el idioma y la cultura española refleja un deseo de superar barreras lingüísticas y fomentar un entendimiento más profundo entre ambas naciones. La cooperación en el sector agroalimentario también destaca como un elemento crucial en las relaciones hispano-marroquíes. En una reciente reunión bilateral entre el ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y su homólogo marroquí, Mohammed Sadiki, se enfatizó el interés mutuo en mejorar los intercambios comerciales agroalimentarios.

La balanza comercial agroalimentaria es favorable a Marruecos, aunque las exportaciones españolas a Marruecos han aumentado significativamente en los últimos cinco años, de 419 millones de euros a 1.155 millones de euros. Ambos países han mostrado una buena sintonía en su cooperación agrícola, destacando la importancia de enfrentar juntos desafíos como el cambio climático y la seguridad alimentaria. La organización conjunta del Mundial de 2030 representa una oportunidad histórica para España y Marruecos de fortalecer sus lazos y promover una mayor cooperación a nivel global. Este tipo de iniciativas no solo subrayan la importancia de la relación bilateral, sino que también sirven como plataforma para un mayor conocimiento y comprensión mutua.