Gracias a la gimnasia rítmica, un deporte practicado en su mayoría por mujeres, ponemos el foco en 'Dvillena Sport', una empresa que pisa fuerte no sólo en este sector, sino también en el ámbito empresarial. En poco más de dos décadas, ya se ha situado entre los fabricantes de referencia de punteras de gimnasia en todo el mundo.
En poco más de dos décadas, 'Dvillena Sport' se ha situado entre los fabricantes de referencia mundial de punteras de gimnasia rítmica.
A lo largo de la historia las mujeres han luchado contra viento y marea para abrirse paso en un camino lleno de obstáculos, también en el deporte femenino. No era hasta el año 1900 cuando se permitía por primera vez la participación de unas mujeres en unos Juegos Olímpicos modernos, una época oscura donde apenas tenían representación, pero que actualmente parece estar cambiando.
Sin olvidar cada una de las historias de constancia, esfuerzo y progreso de tantas campeonas anónimas, es precisamente gracias a ellas que la pequeña Virtu Sánchez ha llegado a ser campeona de la Comunidad Valenciana en gimnasia rítmica.
Exgimnastas como Almudena Cid ya han alzado la voz para que disciplinas como la gimnasia rítmica logren la misma visibilidad e impulso que ha alcanzado el fútbol femenino en los últimos años.
La realidad es que la gimnasia rítmica sigue ganando terreno, o al menos en Villena, una localidad alicantina que ha presentado al mundo su negocio especializado en punteras para la práctica de este deporte.
De encargar punteras por correo postal a exportarlas a más de 60 países
Esta es la historia de Antonio Sánchez, padre de una niña gimnasta que se ve obligado a comprar punteras de gimnasia rítmica por correo postal a tiendas japonesas. Ante la difícil gestión que eso implicaba y la falta de opciones cercanas, Antonio decide montar 'Dvillena Sport', una compañía dedicada al diseño, corte y cosido de punteras, ropa de entrenamiento, aparatos y otros artículos exclusivos de gimnasia rítmica.
Lo que no sabía Antonio es que su deseo por ayudar a su hija se convertiría en un negocio millonario, llegando a fabricar 85.000 punteras al año y exportar más de la mitad a 60 países de todo el mundo desde la pequeña localidad de Villena.
Esta población alicantina es un referente en el sector del calzado español, pero solo las hijas mayores de Antonio dirigen una compañía pionera destinada a la fabricación de punteras confeccionadas a mano. Toda una paradoja dentro de un ecosistema con numerosas empresas dedicadas a la piel, los textiles y las suelas.
Beatriz, directora financiera, e Isabel, gerente, lideran actualmente Dvillena, una empresa que, en poco más de dos décadas, ha logrado superar el umbral del millón de euros de facturación anual. Isabel destaca que el éxito de Dvillena radica tanto en "la capacidad innovadora de su fundador", como, por supuesto, "en la excelente calidad de sus productos".
Ofreciendo calidad como lema de la empresa, Dvillena pasa por utilizar un tejido de microfibra adquirido en Barcelona para las punteras y textil de Alcoy para la ropa de entrenamiento. Aun así, los precios son bastante asequibles, de entre 11 y 23 euros, una decisión que Beatriz atribuye a la facilidad en su proceso de fabricación.
En la empresa, Isabel y Beatriz no solo han estado a la altura, sino que han sabido mantener vivo el legado de su padre, todo ello enfrentándose al desafío adicional de compaginar su rol de líderes empresariales con la maternidad.
Es evidente que la adaptación a un proyecto tan familiar es complicada, más si tenemos en cuenta el momento en el que las hermanas Sánchez toman el testigo de la compañía, ya que es en 2015 cuando Dvillena pasa la frontera al mercado internacional.
Desde entonces, exporta sus productos a la mayoría de países de la Unión Europea y otros países del globo como Australia, Estados Unidos, México e incluso la recién incorporada China, donde lograban el año pasado vender hasta 450 pares de punteras.
Desde hace años es el proveedor oficial de la Real Federación Española de Gimnasia y de las federaciones húngara, finlandesa y rumana, y no sólo eso. La mismísima Almudena Cid habría pedido personalmente a la firma una nueva puntera con más giro para los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.
La pequeña de las hermanas, Virtu, de quien hablábamos antes, es quien despertaba toda esa pasión por la gimnasia rítmica en la familia. Sin embargo, dirigir una empresa de este calibre no sólo ha despertado el interés en este deporte, sino también el fuerte compromiso por darle visibilidad a la gimnasia rítmica a través de la marca.
Dvillena es el claro ejemplo de cómo una empresa dirigida y formada en su mayoría por mujeres es sinónimo de éxito, demostrando que tanto el sector empresarial como el mundo del deporte no entienden de género, sino de talento.