Coches autónomos y videojuegos. Son dos de las principales líneas en las que se centra Nvidia, la principal fabricante de tarjetas gráficas para ordenadores.
Y es que si algo caracteriza la estrategia de negocio de esta compañía, es la diversificación. Teniendo en cuenta que nos movemos en un entorno cada vez más móvil y que los ordenadores tradicionales quedan relegados a un segundo plano, la estadounidense puja por otros sectores que puedan diferenciarla de rivales como Intel y AMD, dos compañías que siguen muy atadas a la comercialización de ordenadores.
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Por ese motivo se ha sumergido en el negocio de los coches autónomos. Su alianza con Baidu es el ejemplo más reciente. Ha traído como resultado un equipo de inteligencia artificial más pequeño y eficiente capaz de potenciar la tecnología de estos vehículos. Y en esta línea pretende seguir de cara al futuro.
Otro de los sectores donde pone el ojo es el de los centros de datos. Nvidia trabaja cada vez más en su aceleración, puesto que se han convertido en su motor de crecimiento: para que nos hagamos una idea, las ventas de este sector subieron casi un 110% en su último trimestre fiscal.
Sin embargo, el plato fuerte de Nvidia son los videojuegos. Esta división supone más de la mitad de sus ingresos totales. La estadounidense forma parte de una categoría de gama alta de procesadores gráficos. Sus unidades atraen a un público concreto: los usuarios de videojuegos. Ellos constituyen el grueso del público objetivo de los procesadores de Nvidia. Su peso llega hasta tal punto, que incluso en un entorno de baja demanda de Pcs, un tercio de los clientes de Nvidia ha actualizado sus tarjetas gráficas. ¿Por qué? Porque la demana de juegos es muy elevada y Nvidia ha emergido como un jugador dominante en este mercado, dado que sus chips potencian los gráficos de juegos tan populares como Grand Theft Auto o Call of Duty.
Pero dada su estrategia de diversificación, Nvidia no se detiene sólo en los videojuegos para Pcs, sino que también apuesta por un futuro presente: la realidad virtual. Nvidia, a la caza de nuevos mercados.
