Desde el Banco de España señalan que esta edición es importante porque muestra los años de la recuperación económica, de 2014 a 2017, que se dio por comenzada en 2013. Los datos de la Encuesta Financiera de las Familias muestra una recuperación desigual, sobre todo para los jóvenes.
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Se ve que el segmento de los jóvenes menores de 35 años son los que menos han conseguido recuperarse.
La encuesta financiera de las familias se realiza de forma trianual. Esta es la sexta edición y se han entrevistado a 6.410 hogares y el 60% de ellos son los mismos que la edición anterior.
Las entrevistas tuvieron lugar entre octubre de 2017 y mayo de 2018, excepto para los datos de la renta, que se toman los de 2016.
Los datos pertenecen al periodo de 2014 a 2017 y es la segunda vez que se presenta a los medios. La anterior fue presentada por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
Es importante tener en cuenta que en el estudio hay una sobre representación de hogares con mayor nivel de riqueza.
Se hace para ver mejor el comportamiento financiero de las familias, ya que algunos activos se concentran más en el tramo superior de la distribución.
Contexto socioeconómico
Entre 2013 y 2017, el PIB creció un 12,7% en términos acumulados, con lo que superó los niveles previos a la crisis.
Se vio también una intensa recuperación del empleo, ya que la tasa de paro se redujo del 26,9% (primer trimestre de 2013) hasta el 16,5% a finales de 2017.
El precio de la vivienda, según recoge el Banco de España, tocó suelo en 2014, tras seis años de caídas, con un acumulado del -44%. Hasta finales de 2017 recuperaron un 16%.
En cuanto a la renta, tanto la media (34.900 euros brutos), como la mediana, que es la que tiene el mismo número de hogares por arriba que por abajo, (25.600 euros), aumenta en los hogares cuyo cabeza de familia tiene estudios universitarios.
La renta va aumentando hasta la edad de jubilación. Y luego disminuye progresivamente.
De 2013 a 2016, la renta de los hogares se recuperó, con un aumento de la renta media del 11,6%, casi hasta niveles de 2010, impulsada en su mayor parte por las rentas de origen laboral.
A pesar de esa recuperación, los hogares con un cabeza de familia menor de 35 años, mantienen un nivel medio de renta que supone un 76,7% del que se observaba en 2010. Es el grupo que ve una mayor diferencia con respecto a los primeros años de la crisis.
En cuanto a la riqueza, la media es de 253.000 euros y la mediana de 115.100. Estos datos del Banco de España indican una concentración de la riqueza en la parte alta.
Y de nuevo los hogares con menores de 35 años a la cabeza sufren la mayor caída de la riqueza, del 43,3%. Desde 2011, es el grupo que presenta el mayor retroceso de su riqueza neta, con una caída del 55,7%.
Es decir, los datos muestran que sufren la mayor caída durante la crisis y, en menor medida, también los que sufren mayor descenso durante la recuperación.
Composición de la riqueza
En 2017, la mayoría de las familias, un 97,6%, poseía algún activo, suponiendo los activos reales un 80% del valor total. En la parte inferior de renta, ese porcentaje aumenta hasta el 88%.
En el caso de los hogares con las rentas más altas, en su riqueza tienen más peso los activos financieros. Para los hogares con rentas más bajas, su riqueza se concentra sobre todo en vivienda principal.
Pero menos gente se compra una casa. El número de hogares con vivienda principal en propiedad pasa del 80,4% al 75,9%. Durante la recuperación ha ganado incidencia el alquiler.
Además, las familias más ricas han aumentado las compras de activos inmobiliarios que no son su primera vivienda. Pasa del 39,9% al 45%, sobre todo en el caso de los percentiles 80 y 90 de renta y excepto en el caso de los jóvenes.
También aumenta el porcentaje de hogares que tenía alguna deuda, del 49 al 53,2%. Pero se concentra en el grupo de entre 35 y 44 años y se ve menos deuda en el grupo que tiene menor renta. Han reducido su deuda los más jóvenes y los que menos renta tienen.
En todo caso, para aquellos que tienen menor riqueza, la mayor parte de la deuda se corresponde con la compra de la vivienda principal. Y para los hogares con más renta, va ganando peso la deuda para comprar otras propiedades inmobiliarias.
El organismo señala en las reflexiones de su informe que habría que trabajar en los aspectos relativos a la equidad intergeneracional.