Según datos del INE, el porcentaje de profesionales en España que trabajaban más de la mitad de los días desde su domicilio era de un 4,8% en 2019, cifra que creció hasta el 10,8% en plena pandemia, descendiendo en 2021 hasta un 9,5%. Según el ONTSI, el teletrabajo pasó a ser la opción del 87,9% de las personas ocupadas en los sectores tecnológicos, científico-técnico o el sector financiero.
Esta explosión telemática propiciada por el COVID-19, fue tan fugaz como han sido las mascarillas. En plena pandemia no había horas en el día para atender tanto webinar o reuniones por videoconferencia, hasta el punto de anular la comunicación por vía telefónica, convertida ante los ojos de los posmodernos, como un signo de decadencia.
Optimizar las tecnologías basadas en cloud y permitir la combinación perfecta entre el teletrabajo y el trabajo presencial, será la clave del éxito para el trabajo híbrido, pues ahora un 30% de las ofertas de empleo, facilitan trabajar indistintamente en remoto o presencial.
Esta fórmula híbrida, deberá contemplar tres áreas clave: conectividad, ciberseguridad e inclusión. La primera debe integrar hardware, software y comunicaciones para garantizar los mismos niveles de productividad, tanto si trabajan desde la oficina o si lo hacen a distancia.
La fórmula híbrida, deberá contemplar tres claves: conectividad, ciberseguridad e inclusión
El segundo punto es la creación de una ciberseguridad resiliente que implica la formación continuada del personal. Muchos admiten que los empleados son su punto débil en materia de seguridad informática. Proporcionar información y formación sobre riesgos y cómo detectarlos, es parte esencial en cualquier estrategia.
Finalmente nos queda hablar de la inclusión Aquí es donde las herramientas de análisis del comportamiento pueden desempeñar un papel clave, analizando los patrones de comportamiento para comprender la actividad de los empleados y ayudar a garantizar que el trabajo a distancia sea gratificante y hacer del lugar de trabajo un entorno sostenible. A partir de aquí, es posible evaluar el verdadero sentimiento de los empleados y entender si alguien no se siente incluido, y por qué.
Pero la verdadera clave, es la voluntad de querer incorporarse a un nuevo modelo que facilite la flexibilidad laboral y el trabajo por objetivos