Montarse en un safari, pasar la noche en un iglú, disfrutar de un baño de mar en las Maldivas o viajar en busca del crecimiento personal. Así son los nuevos viajeros de lujo en España, una industria turística que va en aumento y crece a un ritmo del 6% al año.
Los datos surgen de una encuesta realizada por el Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTur) en conjunto con Iberia y Gran Meliá, que arroja que el 60% de los españoles han realizado un viaje de lujo al menos una vez en su vida.
Sin embargo, no todos definen el lujo de la misma manera. Según las agencias de viaje que participaron en la encuesta, para considerar un viaje dentro de esta categoría, se debe haber realizado un gasto de al menos 11.000 euros por persona. En esa categoría se encuentran solo el 17% de los encuestados, mientras que los restantes, considerados viajeros Premium, aseguran haber hecho un gasto promedio superior a los 6.000 euros.
Los viajeros más exclusivos eligen como principales destinos Japón, Las Maldivas o los países al este de África, viajan entre dos y tres veces al año y lo hacen en business class. “Si bien el avión se suele considerar un commodity para el viajero de lujo, el viaje comienza en el avión”, explica Sara Matarrubia, directora de Marketing de Gran Meliá.
Estas personas buscan viajar a lugares que no suelen ser frecuentados por turistas, viviendo experiencias que no puedan vivir en otros destinos en pos del crecimiento personal. “Cuanto más lejos, más diferente y más relacionado con mi propio yo, que me hace singular frente al resto, mejor”, añade.
¿Cómo se define el lujo?
Según la directora del Gran Meliá, el concepto de lujo ha cambiado. Mientras que hace unos años estaba relacionado con la “sensación de poseer o de ostentar”, hoy está más relacionado con una emoción singular. “Lo que hago es algo único, extraordinario y probablemente no se vuelva a repetir… Vivir una experiencia única que nadie más pueda vivir”, describe Matarrubia.
Si bien las cadenas internacionales de lujo siguen siendo una de las principales opciones de estos viajeros, cada vez más optan por el “glamping” (camping de lujo), dormir en la naturaleza, o en establecimientos boutique. “La palabra lujo significa exclusividad, pero hoy a los viajeros les gusta que sea más cercano y personal”.
Se trata de clientes de entre 40 y 65 años de edad que buscan la discreción a la hora de viajar. A diferencia de los viajeros más jóvenes, estos no comparten fotos en sus redes sociales, ni tampoco buscan ostentar sobre los destinos a los que viajan. Además, son personas que buscan una agencia de viajes para contratar sus paquetes de viaje, en lugar de comprar servicios por internet.