Algunos letrados sostienen que hace cinco años, otro modelo diferente, de una serie distinta, daba también muchos problemas y están demandando por ello.

La verdad es que los defectos en los productos electrónicos se solucionan en la práctica sustituyendo el equipo que da problemas con bastante facilidad. Pero cuando la cosa alcanza los niveles de seguridad que ha tomado este caso y con el número de equipos afectados, la pregunta que nos hacemos los letrados es, ¿Qué es lo que debe hacer una empresa cuando hay evidencias de que su producto es peligroso?

Tiene dos opciones: admitir o no el problema. En el primer caso, esperará las reacciones del cliente perjudicado si solicita una compensación o interpone una demanda.

En caso de que lo reconozca, habrá, en primer lugar, que denunciar de forma eficiente los riesgos al consumidor; luego, iniciar una campaña de recogida suficiente y finalmente, dar una solución. Aquí el manejo del tiempo es vital.
De no darse estos tres requisitos, puede incluso incurrir en mayores responsabilidades.

Desde septiembre la compañía está recogiendo voluntariamente en USA los Galaxy Note 7 e incluso más. Desde hace poco más de un mes, recoge aquellos aparatos que sustituyeron a los primeros y devuelve el importe de la compra. A esto hay que sumarle que aporta unos 100 dólares para la adquisición de otro Smartphone suyo o 25 dólares de otro competidor.

Todo apunta a que la compañía no ha reaccionado a tiempo a pesar de las dimensiones del problema, tanto por el riesgo ocasionado como por la suma de equipos defectuosos, y en estos casos los problemas crecen sobre todo en los tribunales.