El presidente de Swedbank, Lars Idermark, ha anunciado este viernes que deja su puesto en el banco con efecto inmediato, justo una semana después de que su consejera delegada, Birgitte Bonnesen, fuera destituida por su gestión del escándalo de lavado de dinero que lo relaciona con Danske Bank.
"Después de un fuerte debate sobre Swedbank y de preguntas sobre el control del banco sobre el blanqueo de dinero sospechoso en el Báltico, he llegado a la conclusión de que la atención de los medios de comunicación no es compatible con mi papel de presidente en Sodra", señala Idermark.
En Capital Radio, Pablo García, director de Alphavalue, advierte sobre los posibles efectos que estas investigaciones sobre blanqueo de capitales en los bancos nórdicos pueden tener en los de la zona euro. García hace hincapié en que Estados Unidos está intensificando el control sobre los clientes rusos. Unos clientes rusos que tienen una gran penetración en Estonia y Letonia, dos miembros de la eurozona. Una situación muy controvertida que está prácticamente pasando desapercibida pero no debería:
Las acusaciones contra Swedbank, de las que la televisión sueca ha estado informando en los últimos meses, relacionaron a la entidad con el escándalo en el Danske Bank que se enfrenta a posibles demandas, multas y sanciones tras admitir que entre 2007 y 2015 la sucursal estonia de Swedbank había recibido unos 200.000 millones de euros (225.000 millones de dólares) en concepto de pagos sospechosos.
La actual vicepresidenta de Swedbank, Ulrika Francke, se convertirá en la nueva presidenta, dijo Swedbank.