Es una obviedad que la preocupación por el mundo insurtech va en aumento, en una doble dirección. En el de las pequeñas startups que están empezando a romper esquemas en el mundo del seguro, aunque su límite es la ley y el contrato, y en el de las aseguradoras, que empiezan a invertir en la I+D+i de las startups del universo insurtech.
Hace un año, Finnovating contabilizaba 175 insurtech en España. Pero como el juego hoy está a escala global, Everis eleva la cifra a 735 startups, 1.835 acuerdos y un movimiento de fondos de 16.700 millones de dólares. Donde la cantidad media por acuerdo asciende a 13,8 millones y la inversión de los últimos tres años es de un montante tal que 3.700 millones.
Es evidente que las tecnológicas quieren estar con la industria aseguradora, acompañarla y ayudarla a transformarse. Hace poco leía que el universo insurtech podría desarrollar un papel muy importante en materia de prevención y gestión de riesgos. O sea, en todo ese proceso de identificación, análisis y evaluación, cuantificación, financiación y transferencia del riesgo. Esa especie de mantra que repito cada martes en el programa "Todos Seguros" de Capital Radio.
Y alrededor del mismo hay dos realidades: que en algunos ramos, como Salud (Enfermedad) está consiguiendo cierto éxito. "Los gigantes tecnológicos se están introduciendo como inversores estratégicos con el fin de obtener datos demográficos completos", escuchamos en el reciente Foro Permanente de la Mediación "Madrid Seguro". Pero también están entrando en automoción, porque el coche autónomo (barcos, aviones, etc.) transformará el mundo de los seguros y de las responsabilidades.
Las tecnológicas han conseguido que todos los procesos estén en revisión. Se quiere un seguro que ayude a prevenir tanto o más que a indemnizar. O sea, un contrato de seguro que esté rodeado de ventajas, tanto en prevención, como en protección o evaluación constante de un estilo de vida. Interesa el ciclo de vida a todas las escalas, personales, empresariales o institucionales. Las inversiones se están dirigiendo a aplicaciones, cloud y móvil. Alrededor del móvil se pretende que gire todo. Pero, todo de todo. Lo cual es imposible, porque solo atender los requerimientos sugeridos desde el sector asegurador, mediante ciertas aplicaciones, copan la capacidad de los dispositivos.
La Inteligencia Artificial que gestionan startups, que al igual que el Big Data o el Blockchain, y al menos otras 15 tecnologías, están revolucionando el sector, está recibiendo numerosas inversiones por la necesidad de mejorar el procesamiento y el aprendizaje de datos para construir una oferta personalizada. Esto no es solo aplicable al seguro, ocurre en muchos temas. Se quieren ofrecer servicios de información a la carta. Consejos a la carta. Todo a la carta. No sé si algún día los seres humanos renegaremos de estar tan sumamente identificados, definidos y catalogados.
Entre 2010 y 2018, según Everis, 76 entidades aseguradoras han invertido y se han asociado con 268 startups. Las grandes tecnológicas, que cuentan con muchos datos, se están moviendo en el sentido de ofrecer pólizas con diversos socios, como es el caso de Amazon con MAPFRE en España. Las aseguradoras, a su vez, están desarrollando plataformas de distribución y productos personalizados para determinados clientes. Habría que añadir que el universo insurtech está despegando, solo necesita financiación para que lluevan las ideas, los sistemas y, quizá, el gusto de las aseguradoras y también de muchos mediadores por la transformación. Alrededor de todo esto hay toda una redefinición de papeles que el tiempo dirá cómo se irá sustanciando.
Miguel Benito
Director de "Todos Seguros" (Martes, 12CET)