Zambia y El Congo meten miedo al mercado mundial. La hoja de ruta del cobre se dibuja hacia récord con alertas de recesión que pasan factura al mercado de las commodities y, en especial, a las materias industriales.
Proyecciones de rally en el medio y largo plazo con las piedras en un atasco de apenas 50 kilómetros. Un viaje lento y lleno de baches.
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La hoja de ruta del cobre se dibuja hacia récord con alertas de recesión que pasan factura al mercado de las commodities y, en especial, a las materias industriales
Zambia es un país-colonia. Alcanzó la independencia de la corona británica en 1964 y fue entonces cuando Kenneth Kaunda se convirtió en el primer presidente de la Zambia independiente. Así hablaba de la segregación años después con la televisión británica. Fue su Gobierno el que, en 1969, anunció la nacionalización de las minas de cobre que operaba, hasta entonces en régimen de monopolio, Anglo American y la Rhodesian Selection Trust.
Esto se consiguió gracias a la introducción de una enmienda a la Constitución en las que se contemplaba que los derechos de propiedad minera y las licencias prospectivas fueras devueltas al Estado teniendo que entregar el control de ambas compañías a la estatal.
Posteriormente, en 1982 se fusionaron todas las privadas en la Zambia Consolidated Copper Mines. Sin embargo, no pasaron ni ocho años cuando la estatal comenzó a enfrentase - y a dar - severos problemas relacionados con la estabilidad financiera y el desarrollo en el largo plazo. La producción era muy baja y el nivel de endeudamiento se volvió insostenible.
Enverdecer Occidente
Así, El Congo se convierte en el nuevo paraíso de esta materia primera que enverdece al mundo.
La nación africana es la opinión del magnate minero Robert Friedland después de recorrer 59 países durante más de tres décadas. El canadiense dice que el Congo tiene los mejores depósito del mundo del metal que se utiliza en todo, desde automóviles eléctricos hasta paneles solares y redes eléctricas.
La transición energética es la clave del mundo que viene en el que es consistente, , alarmante e innegable el sonido del deshielo. De la muerte agonizante de El Ártico, aquella parte del mundo que está fría - o, mejor dicho, estaba fría - que con su desaparición nos aboca a la nuestra.
Se calcula que con el hielo que vaya esfumándose de las tierras artículos el aumento inexorable del nivel del mar será de 27 centímetros como mínimo y que aumentará hasta 78 centímetros si no se aplica el Acuerdo de París y continúa el rumbo actual del clima, incluso aunque la quema de combustibles fósiles que está provocando la crisis se interrumpiera de la noche a la mañana.
Algo que queremos hacer, pero que no tenemos muy claro cómo porque no queremos renunciar a nada.
Zonas costeras - y, les recuerdo - España es una península rodeada de agua - corren el riesgo de sufrir inundaciones lo vemos cada verano en el Levante donde viven parte de las 600 millones de personas que están en peligro hoy en día.
Y es que en verano batallamos con el calor y ahora tenemos que hacer frente a la sequía y esto solo en el Sur de Europa.
Sorpresa del cobre
Gobierno de todo el mundo - y también las empresas - están adoptando planes de electrificación para dejar de lado los combustibles fósiles de Vladímir Putin, principalmente. Así, mirando hacia África, los depósitos congoleños están siendo el centro de atención a medida que el crecimiento en Chile, el principal proveedor, se desacelera en medio del deterioro de la calidad del mineral y las enormes cargas de inversión.
¿El problema? Que ahora Zambia y El Congo están en el corazón del continente africano y ahí suenan los cláxones de los coches porque hay atascos.
Vehículos al ralentí y quema de diesel y azufre copan el aire de un territorio que apuesta por la electrificación de Occidente. No lo hace porque les interese revertir el cambio climático sino porque eso les impone dinero.
Potencial desmesurado
Desde el Fondo Monetario hasta Elon Musk advierten de que al escasez de metales como el cobre podría obstaculizar esta tradición con una producción que está en auge: suministra dos tercios de cobalto del mundo y representa más del 80% de la producción de cobre en el mundo durante los últimos tres años.
El caso es que para escapar de África el cobre tiene que llegar a los puertos del cuerno de África o Sudáfrica. Un viaje plagado de cuellos de botella con los desafíos logísticos que ello implica para estrangular el flujo de cobre y cobalto al mercado global.
El Congo, según datos de Dator Commodities, ya es el mayor productor de cobalto del mundo, y dicen que aumentará la producción en un 79% para 2025 en comparación con 2020.
Zambia también tiene ambiciosos planes de expansión. La región podría agregar casi 1 millón de toneladas de producción anual de cobre durante la próxima década, según Adam Khan, analista de suministro de cobre de CRU Group, y otros son aún más optimistas.
El cobre es hoy el nuevo petróleo. Habrá que duplicar suministros, lo dice S&P Global quien denomina a esta materia prima como “el metal de la electrificación” que entre retrasos amenaza a la paralización económica mundial.