Orden de jerarquías financieras que va cambiando. Experiencia, capital y emprendedores que huyen ahora de China y miran a Asia, pero con los intereses en un sudeste asiático más estable y con unas políticas económicas más occidentalizadas.
Singapur se las promete en un escenario geopolítico en el que la ciudad-Estado ha sabido navegar las olas entre los intereses enfrentados de Washington y Pekín. Con un tercio del PIB mundial a sus espaldas que, cada vez, pesa más.. ¿qué pasa en esta zona del mundo?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La economía del sudeste asiático amenaza las jerarquías financieras tradicionales en las que Washington y Pekín pierden influencia en favor de los 'oídos sordos' a la guerra
"Aquel que domina el mar domina el comercio; aquel que domina el comercio del mundo domina las riquezas del mundo y, en consecuencia, el mundo mismo". Esto lo dijo el marino y político británico, Walter Raleigh en 1616.
A esta hora de la tarde el escenario financiero del mundo se está negociando.
Porque el mundo avanza y con él se configura un nuevo orden mundial, como decía la semana pasada tras la Cumbre de la OTAN de Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
La ciudad-estado de Singapur se configura ahora como la gran beneficiaria de esta reconfiguración del mundo, siempre y cuando termine por ser capaz de sortear las desventajas que le pueden provocar el ser los nuevos ojos de la economía del mundo.
Asia representa más de un tercio del PIB mundial y su peso en la economía mundial no va a disminuir con el tiempo.
Lo dice el presidente de los Estados Unidos, Rusia ahora es el problema, pero en las décadas que vienen será China al gigante que haya que enfrentarse. Y con ella, el resto de un continente olvidado hasta ahora por un Occidente que lo pensaba en un profundo letargo.
El 'entrepot'
El papel de Singapur en este nuevo modelo el ciertamente desconcertante. Se lo conoce como un “entrepot”. Un país, en apariencia, democrático, pero con un desconcertante sistema político y legal que, en cualquier caso, hace que mientras a su alrededor fuertes economías autoritarias asfixien al mundo, ellos puedan salvar los papeles.
En China y la India, el control sobre el capital extranjero, sobre todo, provoca rechazos entre unos occidentales que tienen dinero, pero no entienden porqué tiene que pasar por las manos de Pekín o Nueva Delhi.
Como resultado, las empresas que operan en Asia tienen una gran demanda de destinos aperturistas y que trasciendan las fronteras de una nación.
Ahora las opciones se están reduciendo. A medida que China se vuelve más autoritaria, las posibilidades de que Shanghái reanude su papel previo a 1949 como centro financiero global han disminuido.
En una encuesta reciente de la Cámara de Comercio Estadounidense en Shanghái, solo una empresa estadounidense de las 133 encuestadas planeaba aumentar su inversión en China.
Esto por la COVID-19, pero es que incluso después del anuncio de esta pasada semana de que las reglas de cuarentena de China se estaban relajando, los recuerdos del cierre draconiano de Shanghái aún persisten.
Hong Kong también sufre y en esta semana en la que se celebra el 25º aniversario de su regreso a la soberanía china.
Singapur o la Ciudad del Vaticano en Asia
Entorno de mercado en el que Singapur sale con la victoria. Este proyecto de ciudad-Estado, a imagen y semajanza de una Ciudad del Vaticano del sudeste asiático, tiene un gobierno eficaz y predecible, un sistema legal confiable y un entorno regulatorio favorable a las empresas.
El largo compromiso del gobierno con la neutralidad en los asuntos internacionales le permite actuar como un epicentro y ojo en el que fijarse tanto gigantes chinos como occidentales.
Así, empresas que van desde BlackRock, el gigante estadounidense de gestión de activos, hasta Sinovac, la farmacéutica china conocida por su vacuna contra la COVID-19, se están expandiendo en Singapur.
Singapur también es un cuartel de las tecnologías. Alberga entre sus calles tanto a empresas estadounidenses que desde Asia quieren competir con China como a competidores tecnológicos del gigante asiático que lanzan sus operaciones desde allí al mundo.
Alphabet, Meta y Microsoft; Alibaba, Tencent y TikTok han hecho del pequeño punto rojo su hogar.
No obstante, este premio también es veneno. Singapur, por querer ‘acabar’ con el reinado chino se enfrenta a los riesgos propios de atacar desde su frontera a la segunda economía más importante del mundo.
Singapur, a pesar de todo, todavía es relativamente insignificante en el comercio de acciones o en la banca. Mantener la neutralidad diplomática, difícil mientras Estados Unidos y China van a la guerra, aunque de ellos habría que aprender a no cerrarse puertas.
Balance de potencia, el Vaticano asiático o cómo Singapur busca, desde un minúsculo espacio en el costa este de un continente que mira al futuro, cómo Singapur busca batir a los dos gigantes y entre la discordia, alzarse como la respuesta.