El Foco de Mercado Abierto lo ponemos en República Dominicana donde cientos de migrantes migran de un extremo a otro de la isla que se comienza a separar por un muro aislando una de las economías, la dominicana, más prósperas de la región y el caos de la nación haitiana, aquella sacudida por el terremoto de 2010.
Serán 164 los kilómetros levantados en la frontera. De momento, llevan 54 y han lanzado la licitación para una segunda etapa de otros 110 kilómetros. Una isla, La Española en la que los agravios llegan tras 22 años de ocupación y una guerra vinculada a una invasión, la de 1822 y la masacre de 1937 en la que se mataron a entre 9.000 y 20.000 haitianos por orden del dictador dominicano, Rafael Trujillo.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
La isla caribeña levanta un muro de más de 160 kilómetros para separar al país, uno de los más prósperos del país del problemático y pobre Haití
¿Y este muro por qué se está construyendo? La explicación rápida y sencilla es por dinero. La República Dominicana es una de las economías más prósperas de la región del Caribe con un crecimiento el pasado año del 12% y se pronostica que el impulso antes de finales de ejercicio estará sobre los 5 puntos porcentuales, una de las tasas más rápidas para una región que mira con ansias el abandonar la pobreza cuanto antes.
El turismo dominicano está en cifras récord con históricas llegadas desde estadounidense a una zona en la que las exportaciones y la inversión extranjera directa están cerca de máximos.
Al otro lado del muro...
La pobreza haitiana. Un país en caída libre que se independizó de Francia de 1804 y que tiene un PIB per cápita que es una quinta parte del de la República Dominicana. Inestabilidad política y escasez de electricidad o gasolina. Cerca de la mitad de los 11 millones de habitantes de Haití pasan hambre de manera regular, según datos del Programa Mundial de los Alimentos de Naciones Unidas.
En medio de la pobreza, decenas de miles de haitianos están desplazados internamente y el número de personas que huyen del país a la República Dominicana lo que ha supuesto que el número de deportaciones en la primera mitad de 2022 ya han superado al total de todo el año pasado.
Es este en el contexto en el que se levanta esta pared física entre ambos países para reducir la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y armas, el robo de ganado… para que la inversión extranjera no se vaya del país. Un muro que no separa dos países sino dos formas de vivir y que ha supuesto la primera piedra para que otras naciones se decidan por lanzarse a proyectos de esta naturaleza entre Ecuador y Perú o Guatemala y Belice.