A la luz del Ibaizabal y entre paisanos fue la cuna de grandes escritores como Miguel de Unamuno que hijo suyo se declaró cuando en el acento de su hablar el alma le anima. Villa en su manos abandonada. Hermano de todos los humanos en un mundo entero que apenas es un Bilbao más grande.
Aprendiz de vivir por cuenta propia. Desde el mar que no tiene hasta el orgullo que emana entre la ría que un día fue negra y hoy reluce más que cualquier otra fruto del sueño y del trabajo de hombres y mujeres que forjaron con esfuerzo y ambición la silueta de una ciudad irreversible que modificó su entorno y cambio a todos.
Cocido de gentes de mil etnias, lenguas y culturas con mil historias que se cruzan en las calles donde se forjó una historia que comienza a finales del siglo XIX, en plena efervescencia de un Bilbao que se lanzaba hacia el progreso de cabeza.
¿Finales de siglo? Digamos que el día señalado fue el 21 de julio de 1890, fecha exacta en la que se constituyó la Bilboko Burtsa - la Bolsa de Bilbao.
Escucha el decimocuarto episodio de "Historias de la Bolsa", un podcast en colaboración con BME:
Fue la reina regente, María Cristina de Habsburgo, quién firmó el Real Decreto por el que se concedía la autorización para crear una Bolsa General de Comercio en Bilbao, en la cual se pudiera negociar con carácter oficial efectos públicos y comerciales.
Manuel Ardanza, presidente de la Bolsa de Bilbao, en conversación con este podcast nos habla de una historia que se cuenta por siglos. Concretamente cinco. 500 años desde que en Amberes el comercio de acciones arrancara allá por 1460 cuando el intercambio comercial vio la luz del día y a la que todavía no ha conseguido cegar con el paso de un tiempo que lejos de hacerle perder el horizonte le ha hecho replantearse su futuro amasando cada día un os 6,6 billones de dólares de gestión e intercambios globales.
Bilbao, con el tiempo y por su condición de nexo norte de la Península Ibérica, fue cogiendo fuerza hasta hacerse con una plaza bursátil que entre curiosidades nació. Por ejemplo, durante las primeras operaciones no existía el parqué como tal. De hecho, fue un 5 de febrero de 1891 cuando la primera operación bursátil en la hoy capital de Bizkaia se realizó en los bajos del Teatro Arriaga.
Traslado oficial
No fue hasta el 29 de mayo de 1905 cuando se produjo la inauguración del edificio de la calle José María Olabarri, allá en el distrito bilbaino de Abando, frente a la estación principal de trenes de la ciudad. Un mercado de capitales que tuvo una especial relevando en el despegue económico de Bilbao durante un siglo XX en el que la dictadura hizo de los fueros una región cautivada en lo social.
Volviendo al mercado y adentrándonos en los pormenores de la creación de esta plaza bursátil del norte del país hay que mirar al 20 de nombre de 1889 porque fue cuando se firmó la escritura de la sociedad anónima germen de la Bolsa de Comercio de Bilbao, cuyo objetivo era la creación de una Bolsa General de Comercio.
Bolsa de Bilbao S.A.
La Bolsa de Bilbao nació con una inyección de capital privada de 50.000 pesetas. 200 acciones al portada y 250 nominales cada una. Al principio fueron 29 accionistas con el control de 6 a 12 títulos de la sociedad recién creada. Finalmente, el 12 de julio de 1890 en San Sebastián - ojo con la curiosidad - se autoriza la creación de la Bolsa.
Más fechas: el 5 de febrero de 1891 arrancan las negociaciones con títulos, principalmente, industriales. Balance positivo para un primer año en el que se llegaron a admitir a cotización oficial hasta 40 compañías - 16 fondos públicos, 10 de obligaciones y 14 acciones de renta variable.
De los seis Agentes de Cambio y Bolsa que operaban por aquellas tierras llegaron a sumar a sus filas a unos 32 para el arranque del nuevo siglo. En 1910 por ley se impuso que solo podrían ser 40 operando, recuerden, entre los bajos del Teatro Arriaga.
Fue entonces cuando la Junta General autoriza en 1903 la construcción de un edificio propio inaugurado en 1905. Poco a poco fueron creciendo hasta que en 1988 todo cambia.
Vuelta y media
La revolución digital dio paso a la interconexión de las cuatro plazas bursátiles españolas y se acabó mediante pantallas con el sistema tradicional o de corros en el que las operaciones se hacían en voz alta, sin contratos por escrito ni firmas. Sin embargo, sigue siendo relevante un plaza como la bilbaína.
Nos lo dice Ardanza. Es importante que ahora, bajo el paraguas de BME, las empresas de la zona norte sientan que conectan con alguien. Pongan cara a quien busca su dinero y creen las sinergias para hacer seguir creciendo al sistema financiero español.
Además, se deben de aprovechar también que de la industria vasca se nutre un país reticente, cada vez menos, pero reticente a una bolsa que por las tierras verdes vizcaínas sí que sienten importante a pesar de haber cedido y hecho de la una ciudad como Bilbao el estandarte de un nuevo mundo donde las fábricas abandonadas de antaño - representantes de tiempos que ya solo están en la memoria - van desapareciendo.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto con Javier Luengo:
La plaza bursátil de referencia en el norte de la Península Ibérica nació como un mercado de capitales privado con apenas 40 compañías cotizadas