La amenaza de la escasez de suministros aumenta a medida que se acerca la llegada del invierno. Ante la situación, en una carrera contrarreloj, España ha aumentado sus importaciones para poder llenar sus reservas de gas antes del frío.
El gas licuado se hace fuerte
La vía más sencilla para la obtención de gas ha sido siempre a través del gaseoducto, nuestro país está conectado con Francia, Portugal y Argelia. Este último ha sido históricamente el principal exportador de gas, pero este año ha caído su exportación hasta ser solo del 23%.
Este año el gas licuado representa el 70% de la importación, el 30% proviene de Estados Unidos, que ha pasado a ser el distribuidor principal, superando a Argelia.
¿Cómo están las reservas?
Los almacenes se encuentran prácticamente llenos, los almacenes subterráneos, cuatro en nuestro país, suponen la principal reserva de gas, que se encuentra a día de hoy al 91,7% esperando al ritmo actual de importación llegar al 95%. Mientras que los tanques de gas licuado se encuentran al 73%, esperando cifras de 91% a finales de mes.
La situación de suministros en España es positiva, ya que dispone de rutas alternativas para la compra de gas. La alta demanda del bruto puede poner en riesgo el suministro del país, que en todo caso no tendrá problemas, a menos que haya fallos técnicos en la importación o que se den olas de frío a finales del invierno, esta situación dejaría las reservas prácticamente agotadas.
Por lo pronto, se espera pasar el invierno sin problemas. En el peor de los escenarios, si china se recupera de la desaceleración que está sufriendo volvería a demandar más gas y encarecería aún más el producto.