Jerome Powell ve cómo se aleja, poco a poco, su posición al frente de la Reserva Federal. En las últimas horas, los republicanos han retrasado una votación clave para renovar la junta de gobernadores de un banco central que, en lo que se viene, deberá cambiar en los próximos meses el rumbo de la política monetaria mundial.
¿Qué está pasando?
Escucha la entrevista completa en este podcast de Mercado Abierto:
Jerome Powell necesita el aval de los demócratas y republicanos para revalidar su mandato mientras que Sarah Bloom Raskin, la propuesta para controlar Wall Street, es el problema
No es solo Powell, que también. La que más recelos despierta es Sarah Bloom Raskin.
Aunque los problemas no son los nombres, al parecer, sino el mandato que tiene el banco central estadounidense. El senador republicanos por Pensilvania, Patrick Toomey decía hace unas horas en Bloomberg que el problema es que la misión de la Reserva Federal es controlar los precios y se lo escuchábamos decir al político: un 7% de crecimiento internacional de los precios “no es tener el asunto controlado”.
Pero, ¿cómo mantener la situación bajo control? Decía Toomey que con los tipos de interés “históricamente” bajos, "no". “La FED tiene que ser más agresiva”, critica.
Más allá del debate, más o menos acalorado, quedan los hechos. Este pasado martes, 15 de febrero, el Senado de Estados Unidos votaba las nominaciones a la junta de gobernadores de la Reserva Federal.
Votaba la continuidad de Jerome Powell al frente del banco central más importante del mundo en un segundo mandato o a Sarah Bloom Raskin, en el rol de vicepresidenta de supervisión bancaria, esto es, el ojo que desde la FED siempre estaría mirando a Wall Street.
Sherrod Brown, presidente del Comité Bancario del Senado insta, en todo caso a dar luz verde cuando antes a una “votación crucial”.
Porque decía: “los republicanos, en vez de ir a trabajar, decidieron abandonar al pueblo estadounidense”.
Más dura ha sido en las últimas horas Jen Psaky, secretaria de prensa de la Casa Blanca. calificando de extremadamente triste, irresponsable… no aparecer en una votación, cancelando, de facto, cualquier avance en la renovación de un mandato que apuntaba, nunca había sido tan importante porque del nuevo mandato depende la recuperación económica y la normalización de la política monetaria.
El perfil 'cancelado'
Y es que a Powell, a Lael Brainard como vicepresidenta o Philip Jefferson los republicanos están dispuestos a dar su beneplácito. A Bloom Raskin, no, porque es una firme defensora de políticas por el clima y de transición ecológica que a los que respaldan a Donald Trump no les convencen.
Pero los recelos por Raskin son otros. Trabaja en una fintech de Colorado, Reserve Trust con la que tratan de minar el poder de la banca. Y eso tampoco gusta a unos republicanos que antes de dar su brazo a torcer prefieren hacer caer a todo un sistema y con él al mayor banco central del mundo.