La OPEP ignora a Ucrania. Los países del cártel y principales productores y exportadores del crudo del mundo no quieren ni oír hablar del conflicto en Kiev, de las conversaciones para retomar el pacto nuclear en Irán, de las “reservas estratégicas” liberadas por Estados Unidos con su oposición de frente ni, mucho menos, de una salida de Rusia del bloque.
Moscú se sienta en la mesa de negociación para dar crudo al mundo y mientras, las sanciones a este oro negro siguen haciendo mella en su economía. ¿Cuáles con las posiciones? ¿Porqué ignoran Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudita el conflicto en la exrepública soviética?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
A pesar de ser una historia de tiranteces, sobre todo, con EAU, el cártel del petróleo sabe que sin Moscú será "imposible" mantener el compás con una demanda mundial creciente
El futuro del petróleo se dirime en unas horas. El futuro del petróleo y de Rusia como una de las potencias de este “oro negro”.
Porque después de que hace dos semanas ya el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunciara que prohibía la importación de gas y petróleo procedente de Rusia. La Unión Europea, ya lo saben, no se aventura a tanto. Pero sí que después de una reunión en Bruselas la semana pasada, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von Der Leyen, aseguraba que había discutido con su homólogo estadounidense cómo podríamos en el viejo continente reducir la dependencia energética del Kremlin para ser más independientes de las “energías fósiles” procedentes de Rusia.
En este contexto, los países del cártel del petróleo, la OPEP, tienen la llave del grifo. La llevan teniendo desde que con la pandemia anunciaran que recortaban la producción para adecuar la oferta a una demanda parada por un mundo confinado.
Entonces no se supo cómo actuar. Ahora tampoco lo tienen muy claro. Antes de la guerra los precios de los carburantes, en las gasolineras, ya estaban subiendo.
El revés de USA
Fue por eso por lo que Washington apostó todo a la liberación de sus reservas estratégicas de Alaska. Unos 50 millones de barriles de petróleo para ayudar a retroceder los precios del crudo Fue por la crisis de la gasolina y por falta de acuerdo en el seno de la OPEP. De hecho, a Arabia Saudita no le sentó nada bien que Estados Unidos fuera “a la suya”.
Estados Unidos, la primera economía del mundo, se desmarcaba de esta manera del sistema impuesto y reconocido desde el 6 de noviembre de 1962 por la Organización de las Naciones Unidas.
La incógnita rusa
Con la guerra hablamos de sanciones, pero occidentales y en Oriente la situación cambia. No ven a Moscú como un actor con la espada en alto ni los tanques en las calles. Ven a Moscú como la oportunidad de hacerse fuertes en el contexto internacional y ni Riad ni Abu Dabi, estos son, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, quieren desvincularse de un Kremlin aislado y un Vladímir Putin que busca socios como puede a lo largo y ancho del planeta.
Oídos sordos
La OPEP (sin Rusia en la mesa) está haciendo todo lo posible para ignorar las metralletas.
Uno de sus principales miembros está en boca de todos, pero dejar de lado al sistema y la realidad geopolítica actual, poco a poco, se antoja imposible. Ya hay presiones dentro de la propia organización. Sin ir más lejos, la ministra mexicana de Energía, Rocío Nahle, trató, en la última reunión con las otras 23 naciones de la coalición plantear el asunto de Rusia, pero, según cuenta Bloomberg, Moscú enseguida pasó a otro asunto.
La idea es alargar, cuanto más se pueda, escabullirse de esta reunión (pero sobre todo hablar del asunto de la guerra. Es lo que decía el director de la consultora Rapidan Energy Group, Bob McNally en Bloomberg hace unos días en una entrevista en la que de cara a la reunión de mañana aseguraba que el encuentro de este 31 de marzo iba a ser mucho más “interesante” que de las citas previas.
El ataque de Rusia ha desencadenado uno de los paquetes más fuertes de sanciones económicas jamás impuestas a una economía relevante, pero ninguna de ellas apunta a las exportaciones de energía.
Lavarse las manos
Es por eso por lo que la OPEP y sus aliados consideran que los fundamentos de la oferta y la demanda deben ser la esencia de la discusión de sus negociaciones y no la geopolítica.
De hecho, Suhail al-Mazohuri, el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, en la CNBC añadía a sus conclusiones que no entendía porqué habrá que levantar de la mesa a Moscú por la guerra a pesar de las sanciones si no se ha hecho con países ya vetados como Irán o Venezuela.
En este contexto, los comerciantes evitan cada vez más una compra-venta de petróleo ruso, incluso sin que sobre ellos pesen sanciones directas. Sin ir más lejos, este mismo martes un cargamento de crudo de los Urales se ofreció a la venta con un descuento histórico, pero todavía no hay postores.
A día de hoy con Rusia entre dentro y fuera del sistema la duda está sobre qué harán el resto de socios. Si la situación empeora en las próximas semanas Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos se encontrarán en una situación complicada. Son aliados clave de Estados Unidos en Oriente Medio y son los dos únicos países con capacidad para aumentar las exportaciones de petróleo de una manera rápida y significativa.
¿Alianza con Maduro?
Porque en America Latina también está Venezuela, pero a Washington no le convence la operación. Riad quiere preservas la alianza de la OPEP con Moscú durante cinco años más. Hace dos años, cuando comentó la pandemia, hubo tiranteces, con caídas sobre el 35% para el WTI o del 24% para el Brent.
Guerra de 2020
Rusia quería cerrar el grifo y Arabia Saudita lo que hizo fue anunciar de manera inesperada que aumentaría la producción y lo vendería como descuento a los clientes de Asia, Europa y Estados Unidos. Una pieza de ajedrez movida a destiempo que amenazó con hacer saltar por los aires a todo este castillo de naipes del petróleo.
Una fortaleza a la que que hoy se le van cayendo las piezas. La producción de Rusia, según el mercado, se tendrá que ver recortada a partir de abril en 3 millones de barriles diarios y será complicado sustituirlos porque el dilema es que habrá que reemplazar, si se le expulsa a Moscú del cártel, de la noche a la mañana hasta 7 barriles de petroleo diarios.
Ya han dicho que esto, de hecho, lo hacía la semana pasada el secretario general de la OPEP, Mohammed Barkindo, no va a ser posible.
Con cotizaciones superiores a los 100 dólares el barril, la hoja de ruta de incrementar la producción en 400.000 barriles diarios por mes para recuperar los niveles prepandemia cada vez se hace más complicado.
Complicado porque se va a tener que modificar si le dan la espalda a Rusia. Complicado porque no quieren cambiar los planes ya establecidos.
A pesar de todo, tras años de marginación de un mundo en el camino al verde el ministro de Energía de Emiratos Árabes Unidos, Suhail al-Mazrouei, respondía al mundo con cierta ironía criticando que después de darles de lado, “otra vez pasaban a ser los superhéroes” y añadía: “esto no va a funcionar así”.
Así las cosas. Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Venezuela… el cártel del petróleo en su conjunto y Rusia lo único que sabemos es que como Fito y los Fitipaldis están entre la espada y la pared.