Palos en las ruedas para la banca. Parches para huir hacia delante tras un Debate del Estado de la Nación, al menos, en el primero de sus asaltos en el que la banca y las energéticas salen perdiendo. Para las primeras, las entidades, el Gobierno ya prepara un nuevo impuesto con el que se prevén recaudar hasta 3.000 millones de euros en los próximos dos años porque, dicen en La Moncloa, que se están beneficiando de unas subidas de tipos que, al menos en los oficiales y aquí en Europa, todavía no se han producido.
¿Qué más sabemos? ¿Tenía constancia de esto el Banco Central Europeo? ¿Por qué se han tomado tan mal en bolsa las entidades el anuncio?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Nueva figura impositiva en España que no llega en el "mejor momento" aunque todavía se desconoce cómo se va a articular el proyecto
A esta hora lo que sabemos es lo siguiente: sabemos que el Gobierno todavía no tiene articulada la propuesta para presentarla a las Cortes Generales el nuevo impuesto anunciado por el presidente, Pedro Sánchez, a la banca y las energéticas por los “beneficios extraordinarios”.
Sabemos que se quieren recaudar 3.000 millones de euros a razón de 1.500 millones durante los próximos dos años. Hemos preguntado sobre el caso al Ministerio de Asuntos Económicos que dirige Nadia Calviño. También al departamento de Hacienda en manos de María Jesús Montero y no dicen gran cosa.
Fuentes de ambos nos confirman que, pese a lo que se pudiera pensar y el mercado esté descontando con sus fuertes caídas, el Banco Central Europeo (BCE) ya sabía lo que se iba a anunciar. Ya sabían lo que había y que tendría que aguantarse aunque, nunca, una noticia como esta se recibe con los brazos abiertos.
Hundimiento en bolsa
Los mayores retrocesos se los están anotando, de momento, CaixaBank, Banco Sabadell y Bankinter. La entidad presidida por Gonzalo Gortázar ha llegado a caer un 12% cotizando en el entorno de los 2,50 euros por acción, tras arrancar este martes a cotizarse cerca de los tres.
Las participaciones de Banco Sabadell, por su parte, retroceden un 9,17% hasta el entorno de los 0,60 euros. También se anota una abultada caída Bankinter, que arrancó el martes con la acción por encima de cinco euros y la ha visto bajar hasta los 4,60 euros, una bajada que del 9,67%. Esto es porque estas son las tres entidades de nuestro selectivo que tienen una mayor exposición al mercado nacional.
Operan, básicamente, en España y aunque en algunos casos, como el Sabadell, tenga el satélite de TSB en Reino Unido, no tienen tanto peso en sus cuentas como para justificar caídas menores que, por otros derroteros, sí que han firmado gigante como el Banco Santander o el BBVA.
El Gobierno, volviendo a lo que nos ocupa, justifica la decisión en las subidas de tipos, por lo que Zunzunegui nos aclara, solo se hará efectivo o tendrá validez este impuesto si los bancos centrales, como ya está previsto, suben los tipos.
La semana que viene se confirmará, en la reunión de julio, el incremento de las tasas en 25 puntos básicos y acelerando calendarios, nos iremos hasta un rebote de miedo punto de cara a septiembre.
El Ejecutivo, en todo caso, ya ha vuelto a poner sobre la mesa un recordatorio: el incremento en 500 millones de euros de los ingresos tributarios que ha recaudado en lo que va de año el Gobierno respecto al pasado, ha sido destinado a las ayudas para paliar el impacto de la guerra en Ucrania.
Y con este impuesto a la banca, pasará lo mismo.
Los costes, al de abajo
Pero claro, la pregunta que queda en el aire es una y clara: ¿quién va a pagar el pato? ¿Quién va a pagar la factura de que los bancos tengan que darle al Gobierno parte de sus ingresos? A quienes hemos preguntado lo tienen claro.
Con este argumento, ¿Sánchez va a darles una subvención en compensación por los tipos bajos de una década? Aumento de impuestos que, a buen seguro, serán repercutidos, lo escuchábamos, a los clientes, con lo que el único beneficiario será el Gobierno porque esto se plantea sobre una política monetaria de la que no sabemos mucho más.
Nítido tenemos otro asunto y es que esto no llega en el mejor momento.
Porque los test de estrés a la banca los han superado. De momento, las cuentas están sanas, pero el peligro acecha.
Con todo y con ello, este revés fiscal condiciona al sector y es que antes del avance del nuevo impuesto los bancos ya contaban con que debían reservar dinero de sus beneficios actuales para futuros impagos en caso de aumento de la morosidad en una eventual crisis.
Y ahora el problema es que la subida de impuestos hará que sus beneficios aún sean menores.
La conclusión: La banca española, una vez más, atacada aunque sobreviviendo y todavía no herida de muerte.