Rememorando a un Mario Draghi con su “whatever it takes”, las tres palabras que salvaron al euro hace una década, el ministro de Finanzas de Inglaterra, Kwasi Kwarteng, hace que suba el pan cada vez que lanza un nuevo comunicado. Aunque poco tienen de escepticismo sus palabras. Kwarteng prefiere ser más directo en su discurso.
Al ministro de Hacienda de Inglaterra bien podría aplicársele eso de 'por la boca muere el pez'. Hay quien piensa que apresurarse a dar fechas puede ser pegarse un tiro en el pie.
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El organismo anuncia la compra de bonos ligados a la inflación para calmar la última ola de ventas en el mercado de deuda británico
Desde hace unas semanas, con el anuncio de su nuevo plan económico, Reino Unido no ha abandonado el foco de atención en ningún momento.
El último de los comunicados se ha producido este mismo martes ante la ola de ventas en el mercado de bonos del Gobierno británico (gilts) de más de 2.000 millones de libras.
El banco de Inglaterra ha anunciado la compra de hasta 5.000 millones de libras al día en bonos ligados a la inflación, en línea con el compromiso anunciado ayer mismo de adquirir hasta 10.000 millones de libras a diario, el doble del límite anterior.
Esto quiere decir que no aumentará la cantidad pactada, pero sí que diversificará sus inversiones.
Una decisión incompatible, según Ramón Zárate, socio-director de Zárate EAF, quien opina que, más allá de en qué saca de deuda ponga el Banco de Inglaterra sus inversiones, cree que su actuación está siendo irracional.
"Comprar bonos y simultáneamente incrementar tipos de interés es incongruente por la finalidad de cada uno", explica Zárate.
Una serie de catastróficas desdichas
Hay quien dice que la Agenda Económica de la primera ministra británica, Liz Truss, ha truncado la confianza de los inversores en el mercado de Reino Unido. Una sería de catastróficas desdichas en opinión de Ramón Forcada, director de análisis de Bankinter.
"El nuevo Gobierno británico está cometiendo muchos errores de comunicación y eso ha provocado los últimos movimientos en el mercado de bonos".
Los planes de bajadas de impuestos de Inglaterra han provocado un mes negro en el mercado de bonos y para frenar la caída de los precios, el Banco de Inglaterra se comprometió a comprar hasta 65.000 millones de libras en bonos gubernamentales a largo plazo.
En este tiempo, hemos visto al bono a 30 años- referencia para los fondos de pensiones británicos- escalar a rentabilidades del 5% y los movimientos del mercado de bonos del Reino Unido son dramáticos y confusos.
La deuda vinculada a la inflación y el rendimiento de los bonos vinculados a la inflación a 10 años ha aumentado 64 puntos básicos hasta el 1,24%. Esto es más del doble del tamaño del movimiento de la deuda convencional y supone un récord desde 1992.
A pesar de que el Banco de Inglaterra ha prometido un final ordenado del programa de compras de emergencia, las previsiones de los expertos coinciden en que no será suficiente ante un mercado “chantajista”.
Habrá que ver si el 'manguerazo' de liquidez del Reino Unido tiene sus efectos cuando llegue la fecha marcada en el calendario, este viernes 14 de octubre. De lo contrario, si falta liquidez y sube la curva del tesoro inglés hará falta un nuevo programa en opinión de los expertos.