El Bitcoin no pasa por uno de sus mejores momentos. Hay quien dice que el invierno también ha llegado a este criptoactivo que se desploma más de un 50% desde sus máximos históricos de noviembre. En menos de dos meses el Bitcoin ha perdido la mitad de su valor pasando de 3 billones de dólares a 1,5 billones. Es decir, 1 Bitcoin ha pasado de valer 60.000 dólares a poco más de 36.000.
Los más pesimistas dicen que el pinchazo a la burbuja finalmente ha llegado y que prefieren mantenerse alejados de este tipo de activos. Es el caso de Alberto Roldán, director de inversiones de Metagestión.
"No es un activo en el que invertiríamos con nuestras carteras. Lo tomamos como un termómetro más para ver cómo está el mercado. El 99% de las criptos no tiene base monetaria, mientras que el Bitcoin si tiene un concepto más cercano a lo que es el dinero".
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En un principio, se ha considerado que estos activos podían presumir de estar descorrelacionados de los movimientos de mercado, pero parece que los últimos acontecimientos no están reflejando lo mismo.
El mal pie con el que ha empezado el sector tecnológico ha afectado y de manera considerable a las criptodivisas. Y tampoco parece que vaya a mejorar, puesto que se esperan subidas de tipos.
Sergio Ávila, analista de IG, considera que " un escenario en el que se esperan subidas de tipos por parte de la Fed es negativo para la tecnología y para las criptomonedas. El primer entorno que tendría que superar sería el de los 44.300 dólares para pensar que podemos ver el inicio de un rebote".
El dominio de mercado del Bitcoin es considerablemente superior al de otras criptodivisas, representando más del 40% del mercado de criptoactivos, frente al 17% de Ethereum y el apenas 5% que alcanza la tercera cripto con un mayor porcentaje de capitalización: Tether.
A pesar de que parece que cuesta encontrar valoraciones optimistas para el Bitcoin en los tiempos que corren, dejando ya de lado la emoción alcanzada en 2021, ARK Invest, la firma fundada y dirigida por la famosa inversora de Wall Street, Cathie Wood, pronostica que el Bitcoin alcance el millón de dólares en 2030.
Esto se debería fundamentalmente a dos factores: a que el Bitcoin sigue representando una parte importante de los activos globales y a que es probable que varios países se vayan sumando a adoptarla como moneda legal.
En cualquier caso hay expertos que prefieren relativizar las caídas del Bitcoin, como Diego Fernandez Elices, director de inversiones de A&G
"Un 50% no es una caída mucho más fuerte de lo que han caído algunas pequeñas empresas del Nasdaq", destaca Fernández Elices.
Se estima que el volumen de transferencias acumuladas de la primera cripto del mercado ha aumentado un 463% en el último ejercicio.
La tendencia "a corto" es a la baja
Aun así, el Bitcoin ha vivido varios sustos en su cotización desde que empezamos el ejercicio. Por un lado, a principios de enero las revueltas populares que provocaron cortes de luz en Kazajistán, un país que representa un potencial del 18% de la producción global del Bitcoin, hundieron a la criptodivisa hasta los 41.000 dólares.
Después, la prohibición de Rusia el pasado viernes de la minería de las criptodivisas ponía más peso, si cabe, a la cotización del Bitcoin. ¿Susto o muerte?
La directora de CMC Markets España, Sara Carbonell, lo tiene claro. Por ahora la cosa parece estar complicada y "la tendencia a corto y casi medio plazo es a la baja".
Muy en línea con las declaraciones de Carbonell están también las de Miguel Ángel Rodríguez, experto en Mercados de CAPEX.com
"Ha roto niveles importantes que, si se confirman, desde un punto de vista técnico podría ser el inicio de una caída más importante".
Lo que parece inminente es una regulación de estos criptoactivos. Mientras que El Salvador se ha convertido en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, la más esperada, sin duda, es la que pueda llegar de EEUU. A pesar de que la Casa Blanca no tomará cartas en el asunto directamente. Por el momento, el memorando de Biden asignará a algunas entidades gubernamentales el estudio de las criptomonedas que podría tardar hasta seis meses en ver la luz. Por lo que la esperanza a una posible regulación que controle el mercado de las monedas digitales se mantiene pero a largo plazo.