¿Pero por dónde empezamos? Para saber cuál es el producto más adecuado para nosotros tenemos que definir en primer lugar cuál es nuestro perfil de riesgo. "El perfil de riesgo va ligado al plazo de nuestra inversión", explica Fernando Aguado, director de inversiones de Fonditel. Si el ahorro tiene una finalidad, es una motivación. "Definir la finalidad del ahorro supone definir el plazo de la inversión, y el plazo tiene mucho que ver con el riesgo", añade Aguado.
Por ejemplo: si tenemos 40 años y la finalidad de nuestro ahorro es la jubilación, nuestro intervalo de ahorro es de 25 años, por lo que podemos buscar un producto de bastante riesgo. "No tenemos que ver el riesgo como algo negativo: es la materia prima a través de la cual generamos rentabilidad", señala el director de inversiones de Fonditel, quien advierte de que nunca debemos asumir un riesgo sin estar dispuestos a perder una parte de nuestro capital.
Sin embargo, si la finalidad de nuestro ahorro es comprar una segunda residencia en un plazo de 3 a 5 años, nuestro dinero debe tener un riesgo bastante bajo.
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