Guardar el dinero en el banco ya no es una de las opciones de inversión más rentables. Por eso, las circunstancias obligan a estudiar y seguir aprendiendo nuevas formas de obtener rentas periódicas. En la lista de opciones se encuentran los bonos, las obligaciones, los dividendos y, sí, los fondos.
Fernando Luque, editor en España de Morningstar, explica las características de cada una en este podcast.
Más educación financera:
Una de las primeras opciones para recibir rentas periódicas está en la renta fija, a través de bonos u obligaciones. Sin embargo, Luque recuerda que los tipos de interés están "muy bajos, negativos en algunos tramos" y puntualiza que incluso algunos bonos están en rentabilidades negativas. "Así no se puede generar unas rentas sostenibles en estos activos", explica.
Otra manera de recibir rentas periódicas es a través de los dividendos de acciones individuales. Luque revela que en 2020 la rentabildad por dividendo del mercado española fue "de un 3,5% en términos brutos". "Eso es mucho más de lo que puede dar cualquier bono, pero supone cambiar el perfil de riesgo, es renta variable".
Pero si hay una renta periódica que es menos conocida esa es la que proporcionan los fondos de inversión que reparten dividendos. Fernando Luque explica que no son solo los fondos de renta variable los que distribuyen esta remuneración, sino que también pueden ser de renta fija o incluso un "fondo de high yield asiático".
¿Dividendos de acciones o de fondos?
¿Cuál es la diferencia entre el dividendo de una acción individual y el de un fondo? El experto señala que la ventaja de este último es que es "más estable en el tiempo, el de una acción puede variar".
Sin embargo, la desventaja reside en que "las buenas compañías de dividendos generalmente van haciendo crecer esta remuneración, mientras que en los fondos la rentabilidad por dividendo se mantiene más o menos constante".