El banco suizo UBS ha presentado pérdidas netas de 2.300 millones de dólares en el cuarto trimestre debido a las provisiones que ha tenido que dotar (2.900 millones de francos suizos) para ajustar su contabilidad a la reforma fiscal estadounidense.
El resultado negativo del grupo en el último trimestre se atribuye a las provisiones que el banco ha tenido que realizar como consecuencia de la reciente reforma fiscal en Estados Unidos.
Esa reforma reduce la tasa de imposición fiscal de las sociedades del 35% al 21%, lo que obliga a los bancos a reducir el valor de sus activos por impuestos diferidos. En el caso de UBS esa depreciación ha sido equivalente a 2.860 millones de francos (2.430 millones de euros).
Aun así, UBS propone elevar el dividendo y anuncia un nuevo plan de recompra de acciones. Sus ingresos antes de impuestos han subido un 34% gracias al sólido crecimiento de su negocio principal, el de gestión de patrimonio.
La compañía espera contribuir a mejorar la confianza de los inversores y que las condiciones macroeconómicas sean más positivas que el año pasado. Aunque ha reconocido que es probable que la volatilidad de los mercados persista en el corto plazo y que esto afecte, en particular, la actividad de los clientes institucionales.
También ha anticipado que el efecto positivo que implica la subida de los tipos de interés en dólares se verá limitado por la continuidad de los intereses muy bajos o negativos en Suiza y en la Eurozona.