Los oscuros vínculos entre las élites políticas y las empresas eléctricas. La lista de los políticos de uno y otro lado del espectro, del Partido Popular y PSOE que han ocupado sillones en los consejos de administraciones de la antigua Gas Natural, Endesa o Red Eléctrica es inabarcable y entre ellos destacan tres expresidentes del Gobierno y los ministros de economía desde la llegada de la democracia.
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
Felipe González, José María Aznar, Elena Salgado o Beatriz Corredor son algunos de los cargos que se han ido sentando en los consejeros de administración de las cotizadas
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Las eléctricas, podríamos decir, son algo así como el retiro dorado cuando uno abandona la vocación pública de la política. Tres presidentes, más de 20 ministros y varias decenas de secretarios de Estado han pasado de crear las reglas del mercado eléctrico a cobrar millonarios sueldos en los consejos de administración de las principales empresas del sector.
Más de 40 años de historia democrática porque sobre esto tenemos datos desde la caída del régimen franquista en 1978. Podríamos decir que ¿sueña la clase política con las eléctricas?
Podríamos decirlo, sí. Desde los inicios de la privatización del sector hace ya casi medio siglo, son incontables, cientos y cientos, los cargos públicos que se han decidido por irse de la política (diana de críticas y sueldos recortados) para ir a “frotarse las manos” en el sector de la empresa. Y sobre todo en las eléctricas.
Generación, distribución y comercialización de energía, cuando se cesa en la política, nuestros “servidores públicos” parece querer irse a hacer de su cargo virtud.
De siete presidentes del Gobierno que ha tenido España desde la muerte de Francisco Franco, tres de ellos terminaron a sueldo de las eléctricas: Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, su siguiente en el cargo, José María Aznar también acabó en una eléctrica, Endesa, en su caso.
Más de 20 ministros, tanto del PSOE como del PP, y muchos más secretarios de Estado, han ido, poco a poco, reinsertándose en el mercado laboral, pero no como un trabajador raso, sino como consejero de las eléctricas.
Miguel Boyer, Pedro Solbes, Luis de Guindos y Elena Salgado han tomado alguna que otra “puerta giratoria”. ¿El caso más sonado?, el del exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, que no se sumó oficialmente a su plantilla, pero sí que facturó de Endesa casi 26 millones de euros.
El bipartidismo, si bien en el Congreso dejó de estar presente hace años. En este tema sí que impera porque, hay que decirlo, la mayoría de los cargos que han “girado” estas puertas hacia las eléctricas son del PSOE y del PP.
Iberdrola, el último caso
¿El último? Antonio Miguel Carmona, que decía estas palabras que estamos escuchando hace nada, en agosto en Mediaset, pues se ha conocido durante el fin de semana que fichará como vicepresidente de Iberdrola España.
En la eléctrica de origen vasco también han acabado el Jefe del Estado Mayor de la Defensa con Mariano Rajoy entre 2011 y 2017, el almirante Fernando García Sánchez, actualmente presidente de la Fundación Iberdrola.
Pero también están el exministro del Interior y de Justicia con Aznar, Ángel Acebes e Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura entre 2016 y 2018.
Sólo entre 2018 y 2021 hasta una docena de altos cargos de la Administración pública han entrado en el consejo de administración de alguna eléctrica, según datos del diario Público.
REE: donde más políticos hay
El grueso de ellos pasó por la cúpula de Red Eléctrica, la empresa privatizada que gestiona los sistemas de distribución y transporte del sistema en España y en la que el Estado sigue manteniendo una participación del 20% a través de la SEPI.
En su presidencia está la exministra de Vivienda con José Luiz Rodríguez Zapatero entre 2008 y 2010, Beatriz Corredor que en febrero de 2020 accedió al cargo tras dejar su puesto como Secretaria de Ordenación del Territorio y Políticas de Vivienda de los socialistas para cobrar 546.000 euros anuales. Sustituía a otro socialista en el cargo el primer ministro de administraciones públicas de Zapatero. Jordi Sevilla que anduvo 19 meses como presidencia de la principal distribuidora de España y renunció en el año pandémico por desavenencias con la actual ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.
En Red Eléctrica también acabó Luis Atienza, Miguel Boyer y Ángeles Amador.
Enagás y Endesa
Enagás tampoco se queda rezagada. Una reunión del consejo de administración de la mayor transportista de gas de nuestro país es, prácticamente, un pleno del Congreso de los Diputados.
Coinciden en la mesa cuatro exministros, dos del PP y los otros dos del PSOE, además de otros ex altos cargos de los Gobiernos de José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. Por parte del PP están Isabel Tocino, titular de Medio Ambiente entre 1996 y 2000, y Ana Palacio, que dirigió la cartera de Asuntos Exteriores entre 2002 y 2004. José Montilla, responsable de Industria, Turismo y Comercio entre 2004 y 2006 y presidente de la Generalitat de Catalunya entre 2006 y 2010, y José Blanco, que llevó Fomento entre 2009 y 2011.
Pero en Endesa es donde se han hecho más “fichajes políticos”. A José María Aznar, más sonada su llegada que la de Messi este verano al PSG, le pagaron más de 200.000 euros como asesor. Pero también han estado Marcelino Oreja, Rodolfo Martín Illa, Pedro Solbes o Luis de Guindos, éste último ahora firmando como vicepresidente del Banco Central Europeo.
Desde Gas Natural hasta Naturgy
En la antigua Gas Natural, ahora Naturgy, decidió en su día, en 2010 y hasta 2015, tener en nómina a todo un expresidente del Gobierno, Felipe González. En sus algo más de cuatro años en el puesto, González cobró algo más de medio millón de euros. El expresidente dejó el trabajo porque, confesó posteriormente, se aburría.
La pregunta es evidente: ¿hay realmente connivencia entre las grandes empresas eléctricas y energéticas y el poder político en España? Nadie lo sabe con certeza, pero la alargada sombra se extiende como una mancha.
Veremos si se cierran o no unas lucrativas puertas de unas empresas, las eléctricas, hoy más que nunca, dirigen la política del país.