Ignacio Sánchez Galán está en guerra. Contra el Gobierno, contra Florentino Pérez en el caso que lo enfrenta con ACS y por el ‘caso Villarejo’ y, entre tanto, “mueve hilos” y ficha a los “arietes” contra Pedro Sánchez como Antonio Miguel Carmona que será el nuevo vicepresidente de Iberdrola España. ¿Qué sucede con el presidente de la mayor eléctrica del país?
Escucha la historia completa en este podcast de Mercado Abierto:
El presidente de Iberdrola tiene frentes abiertos con el Gobierno por el "decreto Ribera" mientras en los tribunales se bate con ACS y el comisario Villarejo
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Es el directivo que más se ha subido el sueldo en el último año (12,2 millones de euros en 2020, un 16,9% más que en 2019) y uno de los más “odiados” por Gobierno, empresarios y quien se le ponga por delante.
Ignacio Sánchez Galán es de esas personas que “muta” y poco le importa quien tenga delante que se adapta “a lo que sea”.
“Intervencionismo terrorífico” y decía, con otras palabras, solo podré hacer el bien, si hacen lo que yo quiero.
De hecho, la situación “ahoga” de tal manera a Sánchez Galán que ha decidido paralizar todas las licitaciones para proyectos de energías renovables. No tienen dinero para todo, esta en la justificación.
Estas palabras (y decisiones) venían precedidas del “decreto Ribera” con el que se pretendían recortar los beneficios extraordinarios de las eléctricas en hasta 2.600 millones de euros por los altos precios del gas que benefician en las subastas diarias del mercado mayorista a las compañías que tienen un menor porcentaje de su negocio expuesto a esta materia prima.
Y adivinen… Iberdrola tiene negocio de gas, es verdad, pero su fuente primaria de ingresos son las renovables y la electricidad. Luego, quien más tiene que perder porque ingresa sin gastar, es Ignacio Sánchez Galán.
El objetivo de este directivo es uno... frenar… ¿el qué? A cualquiera que se le ponga por delante. Él solo tiene una intención desde que llegó a la compañía hace 18 años: trasformar Iberdrola.
Lucha con los "extremistas"
Y a ver quién lo iguala. Porque lo que sí es verdad es que ha hecho de la eléctrica una empresa “de futuro” y ha conseguido lo que pocos: hacer de una firma local de origen vasco la mayor multinacional de renovables del mundo (por delante de las tan envidiadas estadounidenses y muy avanzada respecto a sus pares en Europa).
Con el Gobierno anda en una huida hacia delante. Este fin de semana a El País aseguraba que con los “extremistas del Gobierno” (creemos que en referencia a Unidas Podemos) no se “podía negociar”.
Dos décadas contra ACS
Y su lucha contra Florentino Pérez, presidente de ACS también es notable. El 29 de junio chocaban estos dos colosos del IBEX una década después de que ambos protagonizaran uno de los enfrentamientos más duros que se recuerdan entre grandes compañías cotizadas españolas. Demandas y causas judiciales vuelven a sobrevolar los grupos con un ingrediente que no es nada desdeñable: el comisario José Manuel Villarejo.
Más le hubiera gustado a Sánchez Galán que nadie pensara en su relación con el policía retirado.
En medio de acusaciones por “competencia desleal” y “actos indignantes”, la Audiencia Nacional imputó y (medio) desimputó al empresario que ahora se “libra” de todos los cargos que lo acusaban, entre otras cosas, de haber llevado a cabo delitos de cohecho, contra la intimidad y falsedad documental.
Pero esta última no ha sido la primera vez que Sánchez Galán y Florentino Pérez se han visto las caras en los tribunales. En 2008 también los magistrados tuvieron que interceder ante el intento de asalto de ACS a Iberdrola con la compra de una participación del 20%.
La constructora intentó hacer valer su peso en el capital para nombrar un consejero en la eléctrica, pero el consejo… controlado por Sánchez Galán… bloqueó la operación al considerar que ambos grupos eran competencia directa en ciertas actividades como era, en este caso, en las renovables.
ACS respondió con una oleada de demandas contra Iberdrola por no permitirle ejercer los derechos adquiridos por la compra de títulos, lo que derivó en una batalla que el Tribunal Supremo resolvió en 2014 a favor de Iberdrola. Sánchez Galán ganaba una victoria, pero no la guerra que continúa a día de hoy. La última lucha es por él.
Fichaje "eléctrico"
Antonio Miguel Carmona y su fichaje como vicepresidente de Iberdrola España por lo que va a cobrar casi 77.000 euros al año. Un fichaje que, como experto en energía, no es tal, pero sí que es un perfil que “ataca” al Gobierno en medio de su “guerra por la energía”:
Carmona, exedil del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid fue un ariete de Pedro Sánchez en su lucha contra Tomás Gómez por la presidencia de la federación socialista en la región.
Generoso, así se puede definir este fichaje. Generoso por la cuenta y por lo que Sánchez Galán prevé hacer con él: manejar desde su silla en Iberdrola algún que otro hilo de la política española.
Así las cosas, Sánchez Galán lo tiene claro. Pese a todas estas “batallas”.
A él lo que le gusta es el diálogo. Pero como no lo consigue de la defensa pasa al ataque y no deja títere con cabeza. Gobierno, ACS (la mayor constructora del país) y también Villarejo (uno de los mayores escándalos de las cloacas del Estado de nuestra historia democrática). A todo esto Sánchez Galán resiste y, como si de un gato se tratase, busca, hasta el último momento, agotar una más de sus siete vidas.