Se acabó el tiempo. Al menos, el tiempo que Abengoa se había propuesto como fecha límite para cerrar el plan de rescate. El 30 de junio era la fecha objetivo para acordar el plan, que se tiene que retrasar hasta el 14 de julio entre las discrepancias y las filtraciones que han aparecido en los medios de comunicación durante las últimas semanas sobre el estado de las negociaciones.
- Cuando los muertos empresariales vuelven a la vida bursátil: así fue el regreso de Abengoa y Pescanova
- La historia del fantasma de la quiebra de Abengoa: así han sido todos los rescates
La retahíla de filtraciones
Hace ya más de un mes que Abengoa anunció sus planes para salvar a la empresa de la quiebra. Un mes lleno de filtraciones, desacuerdos y silencio y prudencia por parte de la compañía.
Esta historia empieza con los rumores de desacuerdo hace apenas dos semanas. Fue entonces cuando apareció la primera noticia que informaba sobre la tensión entre los acreedores y Abengoa, que “podría llevar al grupo a presentar a primeros de julio un nuevo concurso de acreedores”, leía la noticia del diario Expansión.
Fue el pistoletazo de salida para que los medios de comunicación se pusieran manos a la obra para investigar qué pasaba con el rescate de Abengoa. Se llegó a decir que la empresa ya había activado la vía de la disolución y que incluso había contratado al bufete Ramón y Cajal Abogados para que fuera elaborando la presentación del concurso de acreedores.
Un concurso de acreedores que, por cierto, ya no sería el más grande de la historia española, como sí lo iba a ser el de 2016. En todo este tiempo Abengoa ha ido perdiendo tamaño por todos los problemas que ha tenido con su viabilidad.
Parece que esa podría ser una de las soluciones que Abengoa se está planteando para este tercer rescate: vender partes de su negocio. Esta filtración en La Información se explicaba como una de las opciones “más realistas” porque la empresa tendría una caja neta negativa de 400 millones de euros.
La situación de liquidez de la empresa ha llegado a tal punto que hace unos días Abengoa tuvo que avisar a sus empleados de que no podría pagarles las nóminas en su totalidad.
Una de las que soluciones para los acreedores que más resuenan en los medios de comunicación es la del canje de deuda por capital, algo a lo que ya ha recurrido Abengoa en otros rescates.
La opción que más peso tiene entre los medios es la de la conversión casi total de deuda en capital. Algunos explicaban que esto daría a Santander y a KKR una participación en Abengoa del 15% para cada una.
Además, este martes El Economista ha informado de una posible propuesta en la que se está trabajando y con la que se plantea que los bancos que inyecten nueva liquidez y los tenedores de bonos convertibles emitidos en 2019 se queden con prácticamente un 90% de Abenewco 1, el vehículo que aglutina el grueso de la actividad de la ingeniería sevillana.