Rolls-Royce Holdings ha anunciado la supresión de 4.600 puestos de trabajo dentro de un plan de simplificación de su negocio. Los despidos se darán, sobre todo, en su plantilla del Reino Unido donde la compañía desarrolla la mayor parte de sus funciones corporativas. La empresa, dedicada principalmente al sector aeronáutico, ahorrará 400 millones de libras, 536 millones de dólares, al año hasta 2020.
La reestructuración se produce en un momento complicado para la empresa de ingeniería tras detectar problemas en algunos de sus motores aeroespaciales que obligaron a aterrizar a varios aviones y provocaron quejas de los clientes de las compañías aéreas.
En un comunicado remitido a la Bolsa de Londres, Rolls-Royce ha afirmado que "estos cambios nos ayudarán a proporcionar a medio y largo plazo un nivel de flujo de caja libre muy por encima de nuestra ambición a corto plazo de alrededor de 1.000 millones de libras para 2020". Ha confirmado, eso sí, que mantiene todos los compromisos adquiridos previamente con sus clientes y que no prevé que la reestructuración "dé lugar a una reducción de las competencias y capacidades".
La plantilla total de Rolls-Royce es de 55.000 empleados en todo el mundo de los que 26.000 están operativos en Gran Bretaña y 19.000 son ingenieros. La secuencia de despidos supone una reducción del 8,4% del total de empleados, casi un 18% de su plantilla británica. Rolls-Royce tiene clientes en más de 150 países y trabaja con 400 aerolíneas y clientes de leasing, 160 fuerzas armadas y más de 5.000 energéticas.
Rolls-Royce despedirá a 4.600 empleados
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