"El rescate a Abengoa es como inyectarle adrenalina a un enfermo", señala Sergio Ávila, analista de IG Valores ante el acuerdo de refinanciación que ha firmado este jueves la compañía. Y es que el préstamo que ha obtenido Abengoa no llega a cubrir la enorme deuda que tiene la compañía. Ni siquiera juntando todos sus activos.
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"Es un rescate para no quebrar", añade el experto. El plan contempla la entrega de un crédito a 5 años por un importe de 230 millones de euros a Abengoa por parte del ICO. Se suscribe también a una nueva línea de avales ‘revolving’ a cinco años por importe de hasta 126,4 millones de euros, ampliable hasta 300 millones. Además, está previsto que la Junta de Andalucía también aporte 20 millones de euros adicionales en este plan de rescate.
Sin embargo, la compañía tiene una deuda de 4.800 millones y unos activos valorados en 3.400 millones. El rescate, por su parte, apenas suma unos 476 millones. Pero el principal problema para Ávila es que la empresa no es rentable. El año pasado registró unas pérdidas superiores al 14% y sus ventas han caído un 49% en los últimos cinco años.
"La clave es si con este dinero es capaz de subsistir y darle vuelta el negocio", concluye Ávila quien no descarta que en un tiempo veamos a Abengoa solicitando un cuarto rescate.
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Más detalles del acuerdo
Como resultado de este acuerdo, un grupo de acreedores recibirá hasta un 5,48% del capital Abenewco 1, la sociedad cabecera de todos los negocios de la compañía. Además, los acreedores aplicarán una quita del 50% a deuda o canjearán ese 50% por un nuevo instrumento convertible en acciones. El pacto también contempla un cambio en las condiciones del bono convertible emitido en abril de 2019.
Ahora la compañía tendrá una participación minoritaria en Abenewco 1 del 3,53%. De todos modos, la compañía dice que las adhesiones a la reestructuración no son suficientes para llevarla a cabo a fecha de hoy, es necesario un 95% de un pasivo de 153 millones.
El tercer rescate a Abengoa
Se trata del tercer rescate de Abengoa en solo 5 años. Las complicaciones de la empresa de renovables se remontan al año 2015, tras una ampliación de capital fallida. En 2016 la empresa tuvo que pedir su primer rescate, esquivando así el que habría sido el mayor concurso de acreedores de la historia de España.
En octubre de 2018 volvió a presentar un plan de rescate a sus acreedores para obtener liquidez inmediata y refinanciar algo más de 3.000 millones de euros de deuda neta corporativa. Eso sí, esta vez la empresa seguía funcionando, no estaba en preconcurso como en 2016.
En mayo Abengoa anunció el tercer rescate y explicó que lo hacía porque el patrimonio neto de la Sociedad era de 388 millones en negativo por culpa del gasto por deterioro sobre la participación en Abengoa Abenewco 2, sociedad con la que emitió bonos convertibles en el segundo rescate por 1.423 millones de euros.