La reforma de la Ley Concursal del 2022 ha introducido importantes cambios en la gestión de empresas en crisis, pero ¿están funcionando realmente estos mecanismos para las pequeñas y medianas empresas españolas? Expertos jurídicos debaten esta cuestión en un encuentro organizado en colaboración con Surus. Han intervenido Alejandro Falcón ,Socio director de Falcón Abogados; Mariano González, Socio del departamento de reestructuraciones e insolvencias; Daniel Barrientos, Responsable Departamento Inmuebles de Surus; y Alicia Tabanera, abogado del departamento de Insolvencias de Surus.
Según explica Alejandro Falcón, socio director de Falcón Abogados, "ha habido un incremento importante del número de concursos de acreedores. De los casi 6.000 concursos que se presentaron el año pasado, la gran mayoría son concursos sin masa", un mecanismo que permite declarar y concluir un concurso en el mismo acto cuando la empresa carece de activos suficientes.
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Tertulia con Alejandro Falcón ,Socio director de Falcón Abogados; Mariano González,Socio del departamento de reestructuraciones e insolvencias; Daniel Barrientos, Responsable Departamento Inmuebles de Surus; y Alicia Tabanera, abogado del departamento de Insolvencias de Surus
¿Reestructurar o liquidar? La gran disyuntiva
Uno de los debates más relevantes en el sector es cuándo optar por la reestructuración y cuándo es preferible una liquidación ordenada. Daniel Barrientos, responsable del Departamento de Inmuebles de Surus, señala que "aquí se habla como éxito en general sobre la reestructuración. Para nosotros no tiene por qué ser así, y sobre todo para la pyme y para la micropyme, una liquidación ordenada que ponga punto y final en algún momento dado a una actividad económica puede ser lo mejor".
Esta visión contrasta con la tendencia optimista sobre la reestructuración, ya que como señala Falcón, "ese plan de reestructuración se puede convertir en una espada de Damocles para el empresario que lo ha planteado de buena fe".
Señales de alerta para los empresarios
Mariano González, socio del Departamento de Reestructuraciones e Insolvencias, advierte sobre las señales que indican problemas graves: "Normalmente funciona en empresas con cierto volumen y sobre todo que no lleguen a esa situación muy comprometidas. Si empiezan a impagar Seguridad Social, Agencia Tributaria, si los trabajadores empiezan a ver que las nóminas no se pueden terminar de pagar a final de mes y el pool bancario cada vez es más alto, ahí ya se hace muy complicado reestructurar".
Otra señal de alerta importante es "cuando empiezan a pedirte por parte de las entidades financieras garantías adicionales", momento en el que, según los expertos, conviene frenar y reconsiderar la situación.
Tiempos y eficiencia del proceso concursal
Uno de los avances más significativos ha sido la reducción de los tiempos de tramitación. Alicia Tabanera, abogada del Departamento de Insolvencia de Surus, explica que "antes de la reforma del año 2022, los concursos tenían una duración media de unos 60 meses aproximadamente, y ahora se ha reducido mucho". Los concursos sin masa, que representan entre el 80% y el 85% de los casos, pueden tramitarse en apenas "cuatro o cinco meses".
Los sectores más afectados actualmente por los concursos son la hostelería y el comercio minorista, que arrastran dificultades desde la pandemia, junto con un creciente número de empresas de energías renovables y fotovoltaicas, posiblemente debido a los cambios normativos y las altas inversiones iniciales necesarias.
La conclusión de los expertos es que, aunque la legislación ha mejorado para facilitar los procesos, especialmente con la figura del concurso sin masa, cada empresa debe analizar cuidadosamente su situación específica. A veces, como señalan los especialistas, la mejor opción para un empresario puede ser cerrar un capítulo e iniciar otro nuevo, en lugar de embarcarse en un complejo proceso de reestructuración con resultados inciertos.