Pfizer y BioNTech presentan ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) un ensayo clínico sobre la dosis de refuerzo del COVID-19. A partir de él han demostrado que la tercera inyección de la farmacéutica americana genera "anticuerpos neutralizantes significativamente más altos".
Según confirma en un comunicado el director general de Pfizer, Albert Bourla, la evolución observada hasta la fecha se inclina a que una tercera dosis de la vacuna provoca niveles de anticuerpos más altos que en las pautas de tan solo dos dosis. El hecho de que se refuerce la protección contra las variaciones Beta y Delta del virus será clave en la resolución de las autoridades, como por ejemplo las de Israel, que ya han comenzado esta nueva fase con Pfizer.
Paso a paso en el proceso
El objetivo del informe es la aprobación por parte de entidades regulatorias de todo el mundo para que pueda ser inoculada a la población general mayor de 16 años, y no solo en las personas más vulnerables al virus. La FDA autorizó el viernes la administración de terceras dosis de Pfizer o Moderna a "aquellos a quienes se les diagnostica condiciones que se considera que tienen un nivel equivalente de inmunodepresión".
Sin embargo, los laboratorios competidores de Pfizer tampoco se quedan atrás en esta nueva etapa de la vacunación. Moderna y Johnson&Johnson también defienden las dosis de refuerzo y afirman que ayudan a renovar una respuesta inmune decreciente o a combatir un patógeno en evolución.
España y la comunidad europea
La ministra de Sanidad de nuestro país, Carolina Darias, confirmó el pasado 23 de julio que será necesaria la tercera inyección contra el virus, poniendo el foco en Pfizer y Moderna. Explicó, además, que la Comisión Europea se encuentra trabajando con las farmacéuticas para determinar el momento de la administración de dosis de refuerzo. Estas conversaciones se materializan en contratos con Pfizer y Moderna de la Unión Europea para 2022 y 2023.
Ante la polémica de las terceras dosis en los países más ricos y los bajos niveles de vacunación en los países en vías de desarrollo, la ministra sentenció que las inoculaciones de un país no son suficientes y que, por eso, España participa en programas de donación de dosis para naciones que lo necesiten.