Petrobras, la petrolera brasileña, obtiene un beneficio neto de 99,54 millones de dólares en el segundo trimestre del año y desciende un 14,6% respecto a 2016 y un 93% con respecto al primer trimestre. La compañía se queda muy por debajo de las previsiones de loa analistas. El EBITDA también cae un 6,6% en comparación con el año anterior.
La decisión de su Consejero Delegado, Pedro Parente, de unirse a PERT (Programa de regularización de impuestos) ha desacelerado el intento de reducción de deuda. Por otra parte se ha conseguido generar efectivo de manera sostenible y financiación barata.
La mayor empresa de Brasil,revierte parte de las pérdidas hasta los 113.000 millones de dólares desde los 115.000 millones con los que finalizó el primer trimestre. Esta es reducción anual más pequeña que ha experimentado la empresa con tan solo un 6%.
La petrolera más endeudada del mundo ha reducido gastos. Los costes de explotación descienden un 68% y los costes administrativos un 16%. Petrobras también ha recortado su personal en un 18%. Con estas medidas la compañía.
El grupo podría retomar los préstamos con el banco estatal BNDES ya que las fuentes de financiación locales y y externas están volviendo a abrir financiación.
Los resultados de la compañía se deben al estrecho margen de los precios del petróleo y la redución de la demanda. Petrobras intenta también recuperarse de los casos de corrupción que sumieron a la empresa en crisis y metió a varios de sus ex-altos cargos en prisión. Esta sigue siendo investigada por el estado.
La compañía ha realizado ya una venta de activos que roza 2.211 millones de dólares y ha anunciado otra venta poco más de 20.921 millones entre 2017 y 2018.
Petrobras intenta sobrevivir
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