El conglomerado estadounidense de alimentación, Mondelez, el fabricante de las galletas Oreo y los chicles Trindent, abandona la compra de la chocolatera Hershey. Lo hace sólo dos meses después de ofrecerle 23.000 millones de dólares en metálico y acciones para unir los negocios. La americana no ha podido con la resistencia de la familia que controla Hershey y que ha logrado mantener la independencia de la compañía. Irene Rosenfeld, consejera delegada de Mondelez, ha admitido que le es imposible el camino para llegar a un acuerdo con los patrones de la multinacional del Pensilvania, que controla ocho de 10 diez derechos de voto pese a tener menos del 10% del capital. La operación le habría permitido combinarla con la británica Cadbury, que la antigua Kraft adquirió hace 11 años antes de partirse en dos compañías.
Las acciones de Hershey han bajado más de un 11% en el mercado fuera de hora. Mondelez brindará más detalles sobre sus planes en una conferencia del sector prevista para el 7 de septiembre.
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Mondelez pierde el gusto por Hershey
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