La Comisión Europea ha lanzado este miércoles una investigación formal contra Amazon por posibles abusos monopolísticos. Bruselas quiere determinar si el gigante estadounidense del comercio electrónico está haciendo un uso indebido de datos sensibles de los vendedores que utilizan su plataforma. Es decir, si vulnera las reglas de competencia de la UE.
Amazon tiene una doble función: por un lado él es minorista, él vende directamente a los clientes finales. Por otro, sirve de plataforma para que vendedores coloquen así sus productos y los vendan a través de Amazon. Bruselas quiere determinar si Amazon utiliza esa información que recaba a través de otros vendedores, para beneficio propio, abusando así de su posición.
Este último expediente contra una tecnológica es el capítulo más reciente de una lucha que ha emprendido la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, contra las multinacionales norteamericanas que desarrollan su actividad en internet, desde que llegara al cargo.
Desde que la danesa está al frente del organismo, se han impuesto sanciones millonarias a este tipo de compañías. Hasta 8.250 millones de euros a Google en tres sanciones distintas en apenas dos años, y 13.000 millones a Apple, en una multa histórica, por las ventajas fiscales en Irlanda.
Ahora en el caso concreto de Amazon, Vestager afirma que el comercio electrónico ha estimulado la competencia en las ventas minoristas, ha ampliado las posibilidades de elección y ha hecho que bajen los precios. Pero que al mismo tiempo, hay que vigilar que las grandes plataformas digitales no supriman estas ventajas adoptado un comportamiento contrario a la competencia. Por eso van a examinar las prácticas de Amazon, y si se llega a concretar que violan las reglas de competencia, la multa podría alcanzar el 10% de su volumen de negocios. En 2018, los ingresos de Amazon se elevaron un 31%, hasta 232.900 millones de dólares.
Por otra parte Amazon ha llegado a un acuerdo con el organismo que supervisa la competencia en Alemania para revisar las condiciones de servicio con los vendedores que utilizan su plataforma digital. Austria también ha puesto fin a una investigación similar, después de que Amazon haya aceptado también las exigencias del país. A mediados de agosto cambiará su código de conducta y mejorará los servicios que presta a empresas que utilizan su plataforma. Pero lo cierto es que hay otros países, como Italia y Luxemburgo, que han comenzado también a analizar estas prácticas de Amazon. En este sentido, la portavoz comunitaria Lucia Caudet ha explicado que la Comisión Europea seguirá adelante porque su investigación es complementaria a estos asuntos.
Estados Unidos también ha comenzado a investigar
La trayectoria de Vestager desde que llegó al poder, que como decimos se ha convertido en el azote de las tecnológicas estadounidenses, le ha valido las críticas del presidente Donald Trump, que acusa a la danesa de odiar a Estados Unidos (también lo ha dicho de Francia, por imponer la tasa Google o tasa Gafa, un impuesto que se estudia en toda Europa, porque las empresas podrían estar evitan pagar los impuestos que les corresponden).
Pero lo cierto es que también en Estados Unidos están surgiendo las dudas sobre la actividad de estas empresas. Y esta semana Google, Amazon, Facebook y Apple se enfrentan a audiencias en el Senado y la Cámara de Representantes estadounidenses.
Por un lado, al igual que en Europa, por preocupaciones sobre la competencia. Algo sobre lo que han preguntado a Amazon. En cuanto a Facebook, se ha cuestionado a la compañía por el lanzamiento de su moneda digital, Libra, que ha generado dudas sobre si se podría usar para fines fraudulentos y también sobre la privacidad de los datos de los usuarios. Apple ha tenido que responder a preguntas sobre la venta de aplicaciones, y sobre Google, se le pone en cuestión por la posible manipulación de las búsquedas.
Estas audiencias son independientes a las investigaciones del Gobierno estadounidense, que estaría estudiando, por ejemplo, prohibir que las tecnológicas puedan ofrecer servicios financieros o monedas digitales.