Los Jazz de Utah se han propuesto revolucionar las retransmisiones. En 2004 una red deportiva regional emitía varios de sus partidos. Desde 2009 lo hacía la cadena americana de televisión por cable AT&T SportsNet Rocky Mountain. En el último año de contrato, la cadena pagaba 25 millones de dólares. Pero quebró a principios de año y los Jazz retransmiten sus partidos a través de la emisora propia KJZZ, así como a través de un servicio de pago, Jazz+.
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La franquicia de la NBA ha lanzado su propia plataforma de streaming después de que quebrase la cadena que explotaba sus derechos
El regreso a KJZZ
KJZZ es un regreso a casa para el equipo. En 1993 el antiguo propietario de la franquicia, Larry Miller, compró la emisora y adaptó sus siglas al producto. Hasta 2009 mantuvieron la emisión de sus partidos.
Pero el salto significativo es al streaming. Los Utah Jazz estiman que el mercado alcanza a 3,3 millones de personas que viven en el estado de Utah, además de la potencial audiencia de las zonas colindantes a la ciudad de Salt Lake. Los abonados a Jazz+ pueden pagar 125,50 dólares al año, 15,50 al mes o 5 dólares por partido.
Experiencia negativa
El balance no es del todo positivo en la primera experiencia de los Jazz en las retransmisiones autónomas. S&P Global Market Intelligence estima que ingresarán entre el 50% y el 70% de los ingresos que obtenían de la anterior emisora. Sin embargo el propietario de la franquicia, Ryan Smith, confía en que el bajón sea temporal.
El equipo también espera utilizar la aplicación, y los datos de usuario que genera, para insertar anuncios dirigidos y ofertas personalizadas de productos y entradas. A medida que los anunciantes actuales aumenten sus tarifas y se incorporen otros nuevos, los Jazz esperan recuperar en los próximos tres años el nivel de ingresos que obtenían en su contrato con AT&T SportsNet. Además, comenzarán a crear contenido propio para su plataforma Jazz +.
Los Jazz dicen que no esperan que la caída de los ingresos por derechos afecte al gasto en nóminas, en gran parte porque el resto del balance es sólido. En los últimos siete años, la venta de entradas se ha duplicado, pasando de 45 a 90 millones de dólares, mientras que, en los tres últimos, los acuerdos de patrocinio casi se han triplicado, pasando de 16 a 45 millones de dólares.